El giro social de Feijóo llega a Lugo y Ourense
Los responsables de la parafernalia electoral del PP invitaron el martes a uno de los pocos jóvenes que había llegado con tiempo al mitin de A Coruña a situarse en el tiro de cámara de los telexornais justo por detrás de Alberto Núñez Feijóo. En lugar de hacerlo, el muchacho cogió su libreta, explicó a los voluntarios que acudía como periodista y buscó acomodo en la tribuna de prensa.
Anoche en Verín tampoco se vio mucha juventud entre el millar de personas que acudieron al primer mitin de campaña del PP. Feijóo aguardó media hora la llegada del alcalde de Chaves (Portugal) que actuó como telonero y adaptó el mensaje al público asistente. El presidente del PP reiteró su promesa anunciada en el inicio de campaña en Vigo de rebajar las tasas municipales a las rentas más bajas. A su compromiso de bonificar el 25% del impuesto de bienes inmuebles a las familias con ingresos inferiores a 20.000 euros anuales, el presidente del PP añadió otras rebajas en el mismo recibo para colectivos desfavorecidos: un 40% de descuento a jubilados con pensiones bajas, otro 35% para las familias con algún miembro discapacitado y un 50% a los perceptores de la Renta de Integración Social de Galicia.
"No se puede gobernar Galicia desde el rencor de los que perdieron contra Fraga"
"Medio millón de gallegos tendrán bonificaciones en el IBI", proclamó entre los aplausos que atronaron en el pequeño pabellón. El mantra del discurso social al que se ha apuntado el PP en estas primeras horas de campaña intenta contrarrestar beneficios electorales que entre los votantes mayores podría tener la Ley de Dependencia del Gobierno central que Touriño exhibe estos días desde el atril.
También quiso Feijóo contrarrestar los posibles efectos en las urnas de las fiestas de mayores programadas por Vicepresidencia: "Hay partidos que se reían de nuestras fiestas y ahora Anxo Quintana no deja de bailar con nuestros mayores". El líder del PP pidió a continuación el voto para el "partido de la unión frente a los de las broncas" y sentenció: "No se puede gobernar España desde el rencor del 36 ni Galicia desde el rencor de los que perdieron contra Fraga".
Antes, el presidente del PP de Ourense, José Luis Baltar que esta semana reconoció "el error" de haber apoyado a Xosé Cuiña para la sucesión de Fraga, pidió "nuevas mayorías absolutas" para que en Verín se inicie "la reconquista que el PP necesita". "Y el que quiera influir en el PP que se afilie, No aceptaremos que nos gobiernen desde fuera", amenazó el barón orensano a los escindidos del partido, ahora independientes.
Ya por la mañana en Lugo, Feijóo se había apuntado a la letanía "del programa de los ciudadanos" para convencer a los desencantados del bipartito, después de visitar un centro de día privado que concierta algunas plazas con la Xunta y el ayuntamiento. "Pretendemos beneficiar a medio millón de familias porque no tiene sentido que los impuestos que gravan la vivienda afecten por igual a todo tipo de rentas", explicó ante una veintena de personas, la mitad de ellas periodistas. En la carpa que el candidato retornado, Joaquín García Díez, importó de una campaña alemana, se proyectaban titulares de prensa para poner en evidencia las promesas incumplidas del alcalde Orozco.
"Es bueno acudir a las hemerotecas para constatar que los últimos ocho años han sido de parálisis y oscuridad en Lugo y para recordar que los grandes proyectos los diseñó la persona que me acompaña", dijo Feijóo recordando la legislatura en la que García Díez gobernó la ciudad antes de que Cacharro Pardo frustrase su candidatura a la reelección. A última hora, el giro social que predica Feijóo llegó también a Celanova.
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