Reconocida la identidad de un transexual sin operación de sexo

Julio Cuesta Bernal, de 50 años, será hoy el primer transexual en acceder a su nueva documentación después de 25 años batallando para conseguirlo. Hace 15 años, una negligencia médica le provocó una discapacidad del 79% que le confinó a una silla de ruedas. Una nueva intervención pondría en peligro su vida, por lo que no podía someterse a una operación de reasignación sexual. Y sin ello no había posibilidad de cambio de la mención del sexo y del nombre en sus documentos oficiales. Ante esta situación, Cuesta recurrió a los tribunales para que se le reconociera su condición sin necesidad de pasar por el quirófano ante los importantes riesgos que corría. "No estoy dispuesto a morir para que en mi lápida pueda inscribir finalmente mi nombre: Julio Cuesta Bernal", señaló en numerosas ocasiones.

Sin embargo, no le será necesario esperar a la resolución judicial. La ley de Identidad de Género abrió las puertas hace un mes al cambio de sexo sin la necesidad de someterse a la reasignación sexual. De ahí que este activista del Col.lectiu Lambda de transexuales, gays, lesbianas y bisexuales cursara en cuanto pudo, allá por el 20 de marzo, la solicitud de reflejar en sus documentos su condición real. "Por primera vez podré votar con un DNI que refleje mi auténtica identidad", señala encantado Julio.

Ahora, conseguida la ley, el nuevo reto que se ha marcado el colectivo transexual es conseguir que la sanidad pública financie el proceso de reasignación sexual, algo que ya ha asumido la red pública andaluza. Según los datos del PSPV, el coste de esta intervención oscila entre los 12.000 y los 14.000 euros para las mujeres transexuales (varones biológicos) y entre los 14.000 y los 16.000 para los hombres (como el caso de Julio). Este partido ha incluido la demanda de este colectivo en su programa electoral de cara a los comicios municipales de mayo. Hasta que esta demanda sea tenida en cuenta, la solución pasa por las consultas de sanidad privada.