Emerson huye del Bernabéu

Dante Alighieri describía el infierno en la Divina Comedia utilizando nueve círculos. En cada uno de ellos los condenados estaban sometidos a distintos castigos según la gravedad de los pecados que habían cometido en vida. El Santiago Bernabéu no tiene círculos, sino anfiteatros. Y sólo son cuatro. Pero a Emerson deben de parecerle muchos más. Desde el primer día que pisó el césped de Chamartín -el 27 de agosto contra el Villarreal- empezó su pesadilla con el público del Bernabéu. Una pesadilla que su entorno califica de "infierno" y que, según fuentes de la cúpula del club, le han llevado ya a pedir su salida del club en junio.

Emerson jugó su último partido en el Bernabéu el 17 de febrero contra el Betis. Cada vez que tocó el balón escuchó pitos. Contra el Bayern la semana siguiente en Champions no quiso ni salir a calentarse. Hoy verá desde su casa el partido contra el Getafe. El primero de los tres encuentros clave -amén de la vuelta con el Bayern y en la Liga con el Barça- que jugará el Madrid esta semana y el único delante de su público. Y es que el centrocampista brasileño sufre una verdadera presión psicológica cuando juega en casa. Él mismo lo ha reconocido en varias ocasiones.

El jugador "está hundido psicológicamente" y se ha planteado dejar el club a final de temporada

Para no tener que enfrentarse a los famosos círculos de los que hablaba Dante, el brasileño se borró ayer de la convocatoria por una supuesta periostitis. "Emerson no está entre los convocados", sentenció Fabio Capello cuando le preguntaron si había algún nuevo pacto entre él y su gregario para el choque con el Getafe. "Ha tenido problemas durante toda la semana y ahora sufre molestias", explicó.

Pese a ello, el medio brasileño se entrenó con normalidad durante toda la semana, pero ayer entró por sorpresa en el parte médico -"sobrecarga muscular tibial", se leía- y Capello admitió que no pudo forzar la recuperación de Emerson ni siquiera ante las bajas por sanción de Guti y Diarra. "Me ha dicho que no puede jugar porque le duele", explicó el entrenador madridista. Y añadió: "Podía jugar infiltrado pero me ha dicho que no quiere porque le dolería toda la semana y en los partidos importantes hay que poner en el campo a un jugador al máximo de su condición física".

Según fuentes de la cúpula del club, Emerson está "hundido psicológicamente" y ya se ha planteado abandonar el club a final de temporada -su contrato termina en 2009-. "La situación que está viviendo no es de las más fáciles ni de las más agradables. Se quiere ir en junio y ya se lo ha hecho saber al club", afirman al tiempo que aseguran que, de momento, "no hay ninguna prisa porque no hay gente que está haciendo cola para hacerse con sus servicios". Según esas fuentes, las personas más cercanas a Emerson en el club le han pedido un "último esfuerzo" para que no se rinda ahora.

El centrocampista brasileño aseguró hace pocos días en una entrevista en Tuttosport que su fichaje como "hombre de Capello" ha creado ciertos malestares, sobre todo "ahora que el técnico ha caído en desgracia y nadie le quiere". Pero a Emerson hace mucho que le pitan en el Bernabéu. Tanto que, después del partido contra el Betis (0-0), dijo basta. Incluso se negó salir del banquillo ante el Bayern, cuando Capello lo invitó a calentar. "Todo es una mentira", se defendieron mutuamente técnico y jugador.

Emerson llegó el verano pasado por 16 millones de euros junto a Cannavaro, otro jugador clave de la Juve de Capello. "Yo soy el Capello del Real Madrid, no el Capello de Emerson y Cannavaro", zanjó ayer el técnico italiano, que ante el Getafe se ve obligado a prescindir de sus dos gregarios aplicados. En el partido de ida el Madrid perdió de forma desastrosa en el Coliseum (1-0) justo cuando caducaban los 50 días del margen solicitado por el entrenador italiano. Capello comienza una semana fundamental para su futuro: "Con el Getafe vamos a tener problemas", admitió. De no salir bien las cosas en el Bernabéu, en Múnich y en el Camp Nou, el Madrid se despedirá de la Liga y de la Champions. "Es una semana clave para el futuro del equipo en general, no para mí", espetó el italiano.

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