Juice Leskinen, lírico rebelde y músico rockero de Finlandia

Finlandia llora compungida, en silencio, como mandan los cánones luteranos, la muerte de su lírico rebelde. Juice Leskinen fue el Bob Dylan, el John Lennon de la prosa finlandesa. Desde su primer álbum en 1973 Juice Leskinen & Coitus Int., este joven venido desde lo profundo del bosque de abedules y abetos, revolucionó el lenguaje de un idioma tan indescifrable como el finés, pero lo hizo desde la raíz del propio idioma, llamando las cosas finalmente por su nombre.

He aquí una pequeña muestra de su canción Pyhä toimitus (Redacción divina): Bebe de este vino como si me bebieras. / Dame tu cuerpo para que lo tranquilice. / No podemos crearnos unos a otros. / Todos creamos, creamos la vida. O esta otra de su canción El Misionero Heavydiggar: A nosotros nos guía el amor a la vida. / La muerte llega si prohíben la vida.

Le cantó a la vida, pero también desde muy pronto, y he ahí lo novedoso, también a la muerte. Ésta le llegaría a los 56 años dejando atrás 31 álbumes, extensa composición poética y una decena de musicales para las salas teatrales. Siempre se negó a pasar a la gran pantalla.

Bohemio a la vieja usanza, la salud le comenzó a jugar malas pasadas desde temprana edad. En su círculo de amigos se comenta que hastiado del intenso tratamiento médico, simplemente dejó de medicarse como último acto de rebeldía.

En una sociedad embriagada por sus éxitos tecnológicos y sociales, donde la crítica es prácticamente inexistente, Juice, como su público le llamaba, obviando su nombre oficial, Pauli Juhani Leskinen, volvía una y otra vez a recordar la grandeza de las pequeñas cosas de la vida. Navegó siempre a contracorriente como corresponde a un viejo rockero.

Su lírica irónica del hombre finlandés, que siempre fracasa en cuestiones del amor, y sucumbe al alcohol y a las lágrimas, dista mucho de la imagen triunfadora que impone la liturgia oficial.