'Mossos' y estudiantes se manifiestan en Barcelona pese a la prohibición de los jueces

Grupos de estudiantes y de mosos d'esquadra se concentraron ayer por separado en Barcelona, pese la prohibición de ambas protestas por parte del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña. El alto tribunal también ha prohibido la manifestación que SOS Racismo había convocado para el próximo domingo, día 29, para reclamar que se otorgue el derecho de voto a los inmigrantes. Sendas concentraciones de estudiantes, esta vez sin ilegalizar, se produjeron en Girona y Tarragona.

El tribunal considera que estas concentraciones no deben producirse en campaña electoral.En el caso de la manifestación de SOS Racismo, el TSJC considera relevante que la reivindicación concreta de la convocatoria es "contenido de programa electoral, explícito o implícito, de sólo algunas opciones políticas. En tal sentido, puede calificarse de acto de campaña o de contenido electoral".

De todos modos, unos 150 estudiantes se manifestaron por el centro de Barcelona. Primero, unos 400 jóvenes se concentraron en la plaza de la Universitat. El Sindicato de Estudiantes, que había convocado la concentración, lanzó críticas contra la política educativa del Gobierno y la carestía de la vivienda. Después conminó a los presentes a no manifestarse, pero un grupo de alrededor de 150 hicieron caso omiso e iniciaron la marcha. La marcha fue seguida a distancia por los mossos hasta que en Ciutat Vella empezaron a pedir la identificación a los manifestantes y cortaron el paso a la plaza de Sant Jaume

Por la tarde, unos 600 agentes de los Mossos d'Esquadra se concentraron en la plaza de Catalunya, convocados por los sindicatos SPC, APPAC y CAT, en reivindicación de una mejora de las condiciones laborales: equiparación salarial con otros funcionarios y conciliación de vida laboral y familiar. Sin embargo, el tribunal juzgó que, también en este caso, había un compontente político, ya que los mossos iban a "reprobar la gestión realizada" por el Gobierno.

El candidato del PP, Josep Piqué, y el vicepresidente de ICV, Jordi Guillot, criticaron las prohibiciones. Piqué las tildó de "escándalo" y recalcó que esto no sucedía desde la época franquista, mientras que Guillot consideró que no se puede denegar el derecho "fundamental" de manifestación.