Bomberos

Se habla y escribe mucho sobre la magnitud de la catástrofe de los incendios forestales en Galicia, de sus causas, de quiénes pueden ser los responsables, de cómo podrían haberse evitado, e incluso algunos intentan sacar rédito político del problema; pero pocos se acuerdan de los bomberos que los están apagando. De los gallegos y de los de otras partes que voluntariamente han acudido a ayudarles.

Tengo familiares y amigos bomberos. Todos ellos tienen en común un acentuado sentido vocacional de su trabajo y el que son grandes deportistas. Al ver la abnegación con que tantos bomberos anónimos trabajan estos días en Galicia, o antes en Cataluña, comprendo que hace falta una gran vocación profesional para hacer lo que están haciendo.

Y ante situaciones como las que ahora están pasando, que exigen un gran esfuerzo continuado, entiendo que para ellos el mantenerse en buena forma física no es una simple afición, sino una necesidad ineludible para ser capaces de afrontar los grandes sacrificios que las mismas requieren.

Sirvan estas reflexiones para expresar mi homenaje de agradecimiento y admiración a todos los bomberos y voluntarios que, al margen de politiquerías, estos días se están jugando la vida en Galicia.