Lamarca atribuye al endurecimiento penal el deterioro de las cárceles

El Ararteko dibujó ayer un panorama muy negativo de la situación de las cárceles vascas. En su informe, Iñigo Lamarca considera que el actual deterioro de las prisiones, en especial las de Nanclares de la Oca (Álava) y Martutene, en San Sebastián, se debe al progresivo incremento del rigor punitivo. "Se están implantando formas de cumplimiento que anulan cualquier expectativa de acceder a ciertas cotas de libertad (permisos, régimen abierto)", se afirma en el informe.

Entre las personas presas se percibe "una pérdida de esperanza", aseguró Lamarca. El imparable crecimiento de la población reclusa, no obedece según el Ararteko, a un aumento real de la criminalidad, sino a un endurecimiento de la reacción penal. Además de las personas que se hallan en prisión preventiva, las cárceles están llenas de "pequeños delincuentes" contra la propiedad y sobre todo, relacionados con el tráfico de estupefacientes. "En casi todos los casos bastaría con sanciones alternativas, pero la privación de libertad sigue siendo la principal, y casi única, respuesta de nuestro sistema penal", recalcó Lamarca.

Al margen de los defectos estructurales de las tres prisiones vascas, el Ararteko subraya las carencias de recursos humanos con vistas a otorgar un tratamiento individualizado a los reclusos. Aunque la competencia principal es del Gobierno central, el Defensor del Pueblo vasco recuerda al Ejecutivo autónomo que debe "esforzarse" para solucionar las deficiencias en los servicios que son de su competencia. Entre éstos figuran el traslado de presos y las unidades de custodia especial en los hospitales.

Iñigo Lamarca apeló a las administraciones vascas a que articulen recursos que eviten la entrada en prisión o, al menos, favorezcan la salida de ésta de los reclusos. Se trata de políticas sociales que actúen sobre la prevención de delitos.