Las obras para la Copa del América eliminan el muro que separa el paseo marítimo de Valencia del puerto

El paseo de Neptuno de Valencia y el puerto se unieron ayer simbólicamente con el derribo del muro de 200 metros de largo y cinco de alto que los separaba. Con entusiasmo, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, golpeó con el martillo contra una zona preparada del muro que cedió sin resistencia y abrió así un primer boquete. La maquinaria pesada se encargó de derribar el resto de la larga pared de ladrillo que será sustituida, mientras se celebren las regatas de la Copa del América, por una verja con varias entradas para el paso del público que quiera pasear por el parque en construcción y observar las maniobras de los barcos de vela en su salida por el nuevo canal del puerto de Valencia.

Las contratas trabajan a marchas forzadas para terminar el parque de la Copa del América, de 140.000 metros cuadrados, en el que se sitúa el edificio de invitados de la organización de las regatas, obra de los arquitectos David Chipperfield y Fermín Vázquez. El parque, con vistas al nuevo canal, tendrá capacidad para albergar a unas 8.000 personas y dispondrá de un aparcamiento de 800 plazas.

El muro derribado ayer desaparecerá después de 2007 para que la nueva zona ciudadana "sea absolutamente accesible, como el resto de la marina" urbana del puerto, destacó la alcaldesa. Las obras para las regatas también exigirán el traslado de un edificio municipal del Ciclo Integral del Agua, ubicado junto a la salida del nuevo canal y la dársena de abrigo. En ese edificio está instalada una estación de bombeo de aguas pluviales.

Los antiguos docks aduaneros del puerto, situados también junto al muro desaparecido, serán restaurados por la empresa concesionaria, que ha pedido al puerto un cambio de uso hasta finales de 2007 con la intención de explotar un complejo lúdico durante la celebración de la Copa del América.