No son 'radicales'

El ex presidente de Uruguay José María Sanguinetti se equivoca (El insólito conflicto, EL PAÍS, 4-3-06) al decir que las movilizaciones contra la construcción de dos fábricas de pasta de celulosa a orillas del río Uruguay están protagonizadas por "radicales" argentinos. ¿Vale calificar así a bastante más de la mitad de la población de Gualeguaychú, la ciudad de 70.000 habitantes situada enfrente de Fray Bentos, donde funcionarían las papeleras?

Resulta que esas fábricas se tragarán 80 millones de litros de agua, que volverá al río cargada de cloro e hidróxido a razón de 50.000 toneladas al año. Para procesar la pasta base se utilizará el método Kraft (o blanqueo ECF), prohibido en Europa a causa de sus residuos contaminantes. Los países desarrollados han optado por el sistema TCF, más benigno con el medio ambiente, más costoso para las empresas. Éstas son la finlandesa Botnia y la española Ence, condenada en noviembre de 2002 por delito ecológico en Pontevedra. Las papeleras generarán muchos puestos de trabajo durante su construcción pero, luego, no más de trescientos. A cambio, peligrará la industria turística argentina y uruguaya, se destruirán árboles (el eucalipto anulará la riqueza de especies), se envenenarán los ríos y seguramente la miel que se produce en la zona perderá su calificación de "más pura del mundo". Por todo ello, no se trata -no debe serlo- de una cuestión "nacional". Ni es un "conflicto insólito" manipulado por "radicales".