Cierre consistente

Superándose en cuanto al estricto cumplimiento de los horarios anunciados, la última jornada del itinerante Wintercase en Valencia dejó a casi todo el mundo tempranamente compuesto y sin The Decemberists. La banda de Colin Meloy, encargada de abrir la noche, apenas estuvo media hora sobre el escenario de Repvblicca, un breve lapso durante el que trasladaron al escenario las bondades de sus dos últimos trabajos, pese a que se guardasen en la recámara The Sporting Life, posiblemente su tema más dinámico.

El trío australiano The Dirty Three firmó el que posiblemente fue el mejor concierto de todo el ciclo. Su líder, el histriónico violinista Warren Ellis (integrante de los Bad Seeds de Nick Cave), se tiró toda su actuación reivindicando a voz en grito la memoria del recientemente fallecido guitarrista Link Wray, para invocar su espíritu incendiario en el manejo del repertorio de su banda: abrupto, tenso, crudo y de una intensidad desbocada y por momentos apabullante. Batería, bajo, violín (y a veces mandolina o bazouki) aplicados en la torrencial edificación de un instrumental y volcánico concepto del rock, amplificadamente estruendoso para tratarse de un trío que se reduce a lo básico.

Más discutible fue la aportación de los norteamericanos Mercury Rev. La pátina de desmedida ampulosidad (proyecciones incluidas) que últimamente le han dado a su cancionero y la discreción de su último trabajo no es la mejor de las combinaciones posibles. Suerte para todos que, como factor atenuante de sus devaneos de grandilocuencia (peligrosamente cercanos a una suerte de neo sinfonismo), aún cuentan en su zurrón con la enorme valía de gemas inmunes a cualquier tipo de desvirtuación como Holes o Goddess on a Highway (de su aclamado Deserter's Songs), así como Tides of the Moon o la preciosa Spiders and Flies (del infravalorado All is Dream). Aun así, deberían hacerse mirar adónde les conduce su actual huida hacia delante.