No contaminemos ideológicamente

Soy una madrileña que he conseguido quitarme los complejos sobre los nacionalismos, sin mérito alguno ya que esta ciudad, primero, y su Comunidad, después, han acogido desde tiempos inmemoriales a toda clase de ciudadanos españoles.

La otra tarde, al salir del trabajo, me he topado literalmente con una pandilla de críos de entre 15 y 18 años envueltos en banderas de España y a las puertas del Congreso de los Diputados, donde se debatía la propuesta del Estatuto catalán, con un cartel manuscrito que enseñaban a todos los coches que paraban en el semáforo cercano y que decía: "¿Qué más tenemos que hacer con ellos?, limpiemos el Estatuto", imagino que "ellos" eran los ciudadanos catalanes y la limpieza no sé muy bien si se refería a la letra de tan importante documento o a quienes lo han elaborado.

Me ha dado una enorme pena al pensar lo orgullosos que estarían sus padres y sus abuelos, esos que no se resignan a que haya una España distinta a la "Una, Grande y Libre" y que se apropian de la bandera, como si no fuese de todos, incluso de los ciudadanos catalanes.

Me gustaría decir a tan ilustres progenitores que ser español es bastante más que llevar una bandera como estandarte, es respetar la diversidad de culturas, lenguas, ideas, razas, etcétera. En fin, respetar ese puzzle rico y plural que es este Estado español. Que se atrevan a educar a su prole en el libre pensamiento, que eduquen a sus hijos a tener sus propias opiniones y a tomar sus propias decisiones, que no contaminen el futuro con resentimientos que de forma natural les deberían ser ajenos.

No llenemos sus cabezas con ideas del pasado, enseñémosles a que miren el futuro desde el respeto a los demás y desde la autonomía que la Constitución confiere a todos y cada uno de los ciudadanos de este hermoso, rico y plural país que es España.