Una red con 400.000 alumnos

Los números del Institut Joan Lluís Vives son importantes: Las 20 universidades implicadas (12 catalanas, incluida la privada Universidad Abat Oliba CEU; 5 valencianas; la de las Islas Baleares; la de Andorra y la de Perpiñán, en Francia) cuentan con 400.000 alumnos, 30.000 profesores e investigadores y casi 14.000 empleados de administración y servicios.
Sólo la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas la supera en tamaño, en el ámbito español, pero su función es muy diferente; consiste, básicamente, en servir de interlocutor entre los rectorados y el Ministerio de Educación. En Europa, lo más aproximado es una asociación con sede en Dinamarca en la participan también los países escandinavos. Su tamaño es mucho menor.
El presupuesto anual de la red Joan Lluís Vives ronda los 500.000 euros. Todas las universidades aportan una cantidad idéntica, "mínima", en palabras de un rector, que sirve exclusivamente para pagar los gastos de la Secretaría Ejecutiva y del resto de órganos permanentes.
El momento más boyante de los presupuestos del Institut, durante los años 2001, 2002 y 2003, coincidió con uno de los proyectos más relevantes que ha desarrollado en sus 10 años de historia: La rehabilitación de la Universidad de Pristina, en Kosovo, dañada por los ataques serbios contra la población albanesa y por los posteriores bombardeos de la OTAN.
La Universidad de Kosovo, convertido posteriormente en un protectorado de Naciones Unidas, se incorporó durante ese periodo a la red de forma simbólica.
El Institut Joan Lluís Vives prepara un nuevo proyecto de cooperación internacional que tendrá como objetivo a las universidades argelinas del oeste del país.
La red se ha distinguido también por su reconocimiento a intelectuales. Aparte del acto que dedicó el viernes pasado al escritor Joan Francesc Mira, el Joan Lluís Vives ha homenajeado, entre otros, al historiador Pierre Vilar (en París, el año 1996); al poeta Miquel Martí i Pol (en Vic, en 1999), y a los profesores de la Universitat de València Miquel Dolç (en 1995) y Miquel Tarradell.
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