Fanatismo religioso

A lo largo de la historia, las religiones han tenido su periodo de inquisición e imposición a otras religiones, como la religión cristiana, que mató a miles de personas en la hoguera. Actualmente, miles de musulmanes repartidos en todo el planeta, unas veces suicidándose, creyendo que van a ir un lugar mejor, y otras veces escondiéndose, atentan contra la vida de cientos de personas de un sólo golpe, por ser, sus víctimas, infieles. Y los judíos continúan con su fanática tierra prometida ocupando violentamente las tierras de los palestinos, terroristas -ahora el presidente israelí dió la orden de desalojar algunas colonias judías, pero como era de esperar, la mayoría de estos se resisten con violencia ayudados por cientos de más judíos.

Hasta hace poco, se creía que los buenos iban al cielo, pero, en vista de que el cielo es otra cosa muy diferente, con su estratosfera y, más allá, con cientos de satélites artificiales, chatarra espacial y sin oxígeno, ahora ese cielo es figurado.

Me repugna ver todos esos comportamientos anímicos cuando rezan o tratan de memorizar lo que dicen sus respectivas santas escrituras y sus manifestaciones de júbilo, con canciones, música, danza, vestimentas de ocasión hacia un líder religioso quien, en el fondo, no tiene nada que ofrecer, más que repetir palabras y rituales y viajar por el mundo con sus buenas pero vanas intenciones de difundir su paz por el mundo. Los verdaderos maestros de la paz no son los que crean las religiones, las crean otros en su nombre porque no han entendido nada de ellos.