La estrategia se reorganiza
LA DUDA que esbozo a continuación, sin desmerecer el valor de este Diario de Hiroshima, hace que el comentario del volumen tenga dos caras. La primera anuncia que el libro es un testimonio ética y moralmente intachable, por no decir inabordable. La cruz de la moneda es la expresión de un recelo al encuadrar la fecha de publicación en un contexto histórico.
El libro se publicó en Estados Unidos en 1955. Japón no sólo estaba ocupada, sino en el punto culminante de su reconstrucción social y económica. Por otra parte, se ha convertido en una pieza fundamental del gran juego de tensiones geopolíticas en Extremo Oriente. Por tanto, hay datos en el texto que impregnan al lector de una cierta suspicacia. Porque, a través de la lectura, parece que, tras recibir el impacto de una bomba atómica, nada menos, se le tenga más miedo a los rusos que atacan Manchuria que a los americanos. Por otro lado, se salva de toda culpa la figura del emperador, la misma que se carga sobre la muy exclusiva y arrogante casta militar japonesa. De algún modo, el doctor Hachiya, muy ocupado, y además enfermo y confundido por el caos, mantiene una sutil capacidad de análisis sobre las conveniencias futuras la cual, oh, maravilla, coincide punto por punto con la política que Estados Unidos llevará a cabo. La guinda, y ya verán como sin pretenderlo me ha salido una metáfora, llega con los primeros americanos que visitan las ruinas del hospital donde oficia el doctor Hachiya. Para romper el hielo, el muy típico grandullón y campechano oficial que hasta ahora había sido su adversario ofrece al doctor un valioso cigarrillo. Este comenta en su diario: "El tabaco tenía un aroma muy agradable y quedé vivamente impresionado por el círculo rojo de la cajetilla". El sol naciente y Lucky Strike aliados por mucho tiempo.
Insisto, es puro recelo que quizá manche sin motivo el sacrificado estoicismo del doctor Hachiya. Pero es que uno es un mal pensado y, además, nunca le ha caído encima una bomba atómica.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Últimas noticias
Sánchez pide a sus ministros medidas sociales para 2026 que no tengan que pasar por el Congreso
Cinco películas para recordar a Brigitte Bardot, la musa del cine francés
Menos absentismo y más éxito académico: los resultados del programa educativo que eliminó Rajoy y rescató el Gobierno
De las gildas ‘pijas’ a los campeonatos de ‘fast food’: las modas gastronómicas más irritantes de 2025
Lo más visto
- Europa entra en estado de alerta ante la embestida estratégica de Trump
- ¿Qué pasa si uno solo de los ganadores del Gordo de Villamanín decide denunciar?
- Los grandes derrotados del Gordo de Navidad de Villamanín, 15 jóvenes de entre 18 y 25 años: “Hoy hemos perdido amigos”
- La larga sombra del hijo único: China paga con una crisis demográfica su mayor experimento social
- El giro del PP con Vox: de prometer no gobernar con la extrema derecha a normalizarlo tras el resultado en Extremadura




























































