Al menos 11 muertos en Guadalajara en el incendio provocado por una barbacoa

Once muertos, tres desaparecidos, 600 evacuados y más de 4.500 hectáreas devastadas. Éste es el resultado del incendio que anoche seguía fuera de control en Guadalajara. Las llamas se originaron el sábado en una barbacoa encendida en el paraje de Los Jarales, en Riba de Saelices. Propagado por el viento, el fuego se extendió rápidamente y ayer, en un barranco, cercó a un retén antiincendios, ocasionando la muerte de 11 de sus integrantes.

La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, se trasladaron ayer hasta Alcolea del Pinar (Guadalajara), donde se creó un centro de crisis. La vicepresidenta fue recibida, ya de noche, con abucheos por numerosos vecinos que reclamaron más medios para hacer frente al devastador fuego. La Guardia Civil procedía entre tanto a la identificación de los cadáveres. No se descartaba que hubiese más fallecidos.

La tragedia ocurrió en la zona conocida como Los Jarales entre las 14.20 y 15.00, pero los servicios de extinción no se percataron de la falta del retén hasta bien avanzada la tarde. Cuando la Guardia Civil y los bomberos accedieron al lugar se toparon con dos camiones-cisterna y tres todoterrenos completamente calcinados. "Creemos que las llamas les han rodeado y que no les ha dado tiempo a salir. Seguro que ha cambiado el viento sin que se dieran cuenta", señaló la delegada del Gobierno en Castilla La Mancha, María del Carmen Valmorisco.

Ya antes de que se produjera la tragedia, había cundido el pánico y la desesperación entre la población. "Está casi todo quemado. Hemos pasado la noche sin dormir por miedo y nerviosismo", se lamentaba Rosa Lobo, segunda teniente de alcalde de Luzón (Guadalajara), una pequeña localidad de apenas 81 habitantes, que tuvo que ser evacuada ante la incipiente amenaza de las llamas y el denso humo.