"Míster, no le marcamos ni al arco iris"

"Míster, no le marcamos un gol ni al arco iris", dice César Ferrando, el técnico del Atlético, que le dijeron sus futbolistas, con la cara a la altura de las baldosas del vestuario, en el descanso del partido. "Eso, el no acertar, les crea una barrera, una ansiedad que es fatal", describió el preparador. "Son cosas mentales, aspectos psicológicos de las personas", razonó el entrenador al percatarse de que su equipo, aun sin el más mínimo acierto de cara a la portería contraria, había mejorado bastante con respecto a sus últimas actuaciones. "Hemos hecho unos partidos desastrosos, pero no sé exactamente por qué", concedió Ferrando, que insistió en que "el fútbol es injusto con el Atlético". Sobre los pitos de la afición, se limitó a observar que la grada "es soberana". En ese mismo instante unos 40 aficionados se agolpaban en la puerta por la que salen los directivos y los jugadores y les abroncaban con dureza.

Gonzalo Colsa, uno de los jugadores más pitados, también justificó a la hinchada: "Es duro que piten al equipo, pero eso no es nuevo, es normal y ya lo sabíamos. Yo estoy tan jodido o más que la afición". El cántabro también se refirió a las dificultades de su equipo para marcar: "La falta de gol es culpa de todos, pero es que son ocasiones muy claras. No tenemos suerte, no", agregó. El uruguayo Richard Núñez, que se libró de los pitos, recordó que hay que "terminar dignamente".

Tampoco fue con Núñez con quien más se ensañó el grupo de aficionados más combativo cuando los jugadores abandonaron el estadio para meterse en un autobús. "¡Mercenarios!", "¡No merecéis vestir esa camiseta!", fueron los eslóganes que tuvieron que escuchar los futbolistas, que salieron cabizbajos y con paso apresurado. Ya en el choque copero contra Osasuna se adoptó la idea de que los miembros del equipo no saliesen en sus coches particulares.