Ganando lectores

Me ha dicho Carlos Arribas, mi vecino, que en esta Vuelta están regalando libros. Bueno, de hecho, ya lo contó él en su crónica de hace unos días, lo del patrocinio del IV Centenario del Quijote y todo eso. Bonita e inútil novedad, porque no hay nada más triste que un libro criando polvo, y ya sé yo que algunos de éstos lo van a criar. Parece ser que hay que ganar etapas para conseguirlos. Yo les aseguro que dejo la piel en el empeño (ayer, literalmente, que me caí dos veces), pero, de momento, sigo sin conseguirlo. Bien es cierto que no ando demasiado lejos. En Soria incluso jugué mis bazas al todo o nada y salió nada. Pero la verdad es que están muy caros esos libros. Así que como, de momento, en la biblioteca de mi maleta sólo están los libros que me traje de casa (amén del diccionario y de uno de Chuck Palahniuk que compré el otro día), seguiré intentándolo en las etapas sucesivas para completar mi colección de clásicos.

Pero, ya puestos a innovar, ¿por qué no eligen el libro a regalar en función del ganador del día o en función de la etapa? Porque vamos a ver: a mí, que me gusta regalar libros, no se me olvida nunca pensar en quién va a ser el lector, cómo es y cómo piensa, qué gustos tiene, en qué momento de su vida está... Ya saben, el yo y la circunstancia en un sentido más de andar por casa que el orteguiano.

No me parece mala idea que contraten a alguien de asesor y encargado de una biblitoteca móvil. Él está allí, en la meta, esperando al ganador. En función de la etapa, ya debería de tener más o menos una selección hecha. Pero que hay un ganador sorpresa..., pues un libro sorprendente o uno que dé un vuelco inesperado al final. Que gana un fugado en solitario..., pues un libro para solitarios y autosuficientes. Que gana el de siempre, pues un best-seller, que nunca falla, o, quizá mejor, un clásico.

¿Qué les parece la idea? Incluso ya puestos, se podía también regalar algo a los que no ganan. No sé..., manuales de autoayuda a los caídos, guías visuales a los menos lectores, novelas de aventuras para los animadores de la carrera, filosofía para los reflexivos... Lo que sea. Que el caso es que en las maletas de la Vuelta sobran revistas y que yo (lo lanzo a ver si alguien lo coge) quiero mis libros.

Pedro Horrillo es ciclista del equipo Quick Step.