Los huelguistas de las contratas del Consorcio vuelven al trabajo después de tres meses pese a su rechazo del laudo

Los 280 trabajadores subcontratados del Consorcio de Aguas Bilbao-Bizkaia volvieron ayer a sus puestos, tras 125 días de huelga, al dictarse el laudo de obligado cumplimiento que zanja el conflicto. El documento de arbitraje del abogado Antton Mujika, designado por el Gobierno vasco, fue rechazado por los sindicatos por considerar que deja fuera "al 70%" de los huelguistas.

El laudo no se pronuncia sobre la principal reivindicación de los trabajadores -la equiparación salarial con la plantilla del consorcio, lo que supondría subidas de un 50%- al considerar el árbitro que no es de su competencia y únicamente establece salarios y jornadas mínimas. Mujika establece aumentos salariales máximos de un 20% para los sueldos más bajos (de 11.000 y 11.500 euros anuales) hasta casi 14.000 e incrementos por debajo del 5% en otros casos. El árbitro constata la dificultad de una unificación de criterios debido a los diferentes convenios por los que rigen los afectados.

El laudo, que estable el marco laboral de este año y el próximo, fue duramente criticado por los sindicatos. CC OO valoró que es "político" y favorece a los empresarios. Basa su rechazo en que "alrededor del 70% de los trabajadores no se ven afectados por el laudo". Un portavoz de este sindicato no descartó nuevas movilizaciones porque "es un ataque frontal a la negociación". Aseguró que el aumento del 20% sólo beneficia a una veintena de empleados y que a otros 35, el colectivo de jardinería y seguridad, "los deja fuera".

ELA opinó que se han cumplido las "perspectivas más pesimistas" y agregó que el árbitro no ha entrado en el fondo del contencioso. "Si no hay voluntad de resolver el conflicto por parte de quien tiene potestad de hacerlo, el Consorcio, difícilmente se va a poder solucionar".

UGT calificó el dictamen de "decepcionante" por "limitarse" a proponer unas tablas salariales "aplicando los mismos convenios", y cuestionó la imparcialidad del árbitro por estimar que "con los trabajadores, desde luego que no ha sido equitativo". LAB coincidió en que no aporta soluciones "más allá de perpetuar unos míseros sueldos" y valoró que satisface los intereses del PNV.

El presidente del Consorcio, Ibon Areso, quien volvió a asegurar que es un conflicto con las empresas que subcontrata la entidad, valoró positivamente el laudo por "el fin de la huelga", que permitirá el tratamiento normalizado de las aguas residuales y acabar con los malos olores en la zona de Sestao. Areso dijo que se requerirá un mes para la vuelta a la normalidad de la depuradora de Galindo, que trata las aguas residuales de un millón de habitantes, aunque dijo que "en tres días" se retirarán los fangos que provocan los malos olores. La huelga había colocado en una situación límite a las plantas.