La policía de la ONU sospecha de una trama de radicales albaneses
Los servicios de seguridad de la ONU creen que el estallido de violencia contra los serbios de Kosovo no fue espontáneo y sospechan que alguna organización ha coordinado los ataques con el objetivo de desestabilizar la frágil situación en la provincia. "Hay cierto grado de organización detrás de todo esto", afirmó ayer una fuente de la seguridad de la ONU en Kosovo, sin señalar a un grupo en particular, pero dando a entender que se trata de radicales albaneses. "Hay intereses políticos que no quieren la estabilidad y buscan la pureza étnica albanesa en Kosovo", asegura. La misma fuente sospecha también que hay intereses económicos detrás de los disturbios de esta semana. "Hay gente que está ganando mucho dinero con esta situación", dice.
Para demostrar su tesis, la fuente asegura que es imposible que una concentración de 150 manifestantes junto al puente que separa las zonas serbia y albanesa de Mitrovica, convocada el miércoles por la mañana para protestar por la muerte de tres niños albaneses, se transformase en tan sólo 45 minutos en una ofensiva en toda regla con 3.000 personas. "Aquello no fue espontáneo. La gente llegó armada hasta los dientes, y eso significa que todo se estaba desarrollando según un plan".
La seguridad de la ONU también sospecha del hecho de que la quema de viviendas e iglesias en otras zonas del país se produjera poco después de que estallaran los disturbios de Mitrovica, casi sin tiempo a que los medios de comunicación de habla albanesa difundiesen lo que estaba ocurriendo. Durante la tarde del miércoles, más y más manifestantes fueron llegando a Mitrovica en autobuses. Los manifestantes, según la ONU, utilizaron mensajes de teléfono móvil para convocar más ataques contra los serbios. En el pueblo de Djakovica, donde una turbamulta de albaneses quemó una iglesia ortodoxa serbia, horas después una excavadora había allanado el terreno para borrar todas las huellas del templo.
A la ONU también le preocupa que algunos medios de comunicación albaneses, en vez de ayudar a calmar los ánimos, están empeorando las cosas con exageraciones y la difusión de noticias falsas.
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