El negocio del agua

Nuevamente los responsables del Canal de Isabel II reclaman más embalses para garantizar el suministro de agua a Madrid. Aunque por nuestros grifos hace tiempo que sale agua de estos ríos, dicen que hay que inundar nuevos tramos de los valles del Sorbe y del Alberche. O eso o el caos, vuelven a decirnos. Resultan patéticos estos gestores, incapaces de otras soluciones que no sea el hormigonar la naturaleza (ahora la de los vecinos). Nos hacen, además, culpables del alto consumo de este recurso escaso.

Lo cierto es que están privatizando el abastecimiento (Alcalá de Henares) y, mientras cubren las apariencias llenándonos los buzones con invitaciones al ahorro, miran para otro lado o promueven directamente proyectos e instalaciones que requieren ingentes cantidades de agua.

En plena meseta esteparia, Madrid ya cuenta con una treintena de campos de golf, más numerosos proyectos en marcha por toda la región para aportar pedigrí y rentabilidad a las urbanizaciones anexas, praderas escocesas decoran nuestros municipios como si esto fuera el Cantábrico, cinco centrales térmicas en proyecto que evaporarán grandes cantidades de agua en su refrigeración, etc. En Madrid no se conoce ningún informe de evaluación de impacto ambiental negativo por alto consumo de agua.

No es que sean incompetentes, saben lo que hacen, el despilfarro que toleran o promocionan forma parte de un modelo de crecimiento insostenible e irresponsable que requiere de recursos de agua infinitos. Ellos son la causa del colapso hídrico que soportan los ríos de Madrid. Pretenden algo imposible: que los caudales disponibles se adapten a sus necesidades de crecimiento. Su gestión y sus prioridades son un peligro para todos los ciudadanos.

Nada quieren saber de los numerosos estudios independientes que demuestran que en Madrid hay agua para nuestros grifos y para los cauces, aunque no la haya para tanto negocio fácil.