A pie de calle

El dibujo se está convirtiendo, junto al vídeo, en uno de los grandes protagonistas del arte de este principio de siglo XXI. Tiene su lógica. Comparte con la pintura la pulsión del trabajo manual a la que muchos artistas no quieren renunciar, y con el vídeo su capacidad de explicar historias. Además, su combinación con las nuevas tecnologías -digitalización, impresión a diferentes tamaños, proyecciones, etcétera- permite presentarlo en formatos y contextos muy variados. Francesc Ruiz (Barcelona, 1971) utiliza todas las posibilidades del dibujo, en su caso claramente influido por el cómic tanto europeo como japonés, para narrar historias a pie de calle, cercanas y cotidianas que, sin embargo, ponen el dedo en la llaga, de forma aparentemente ingenua o lúdica, sobre algunos temas que afectan al conjunto de la sociedad. En su actual exposición en Barcelona presenta dos instalaciones en las que aborda el tema de la fiesta, poniendo de relieve las luces y las sombras que rodean la noche, y el cambio en los roles sexuales tradicionales.

Ésta es mi playa es una instalación consistente en 124 dibujos en blanco y negro que colocados uno al lado del otro forman una línea de 14 metros de largo. Los dibujos enlazan unos con otros y explican diversas situaciones y múltiples personajes inspirados en la fiesta que se celebró el pasado 24 de junio de 2003 en las playas de Barcelona con motivo de la verbena de San Juan. Miles de personas tomaron las playas en lo que la prensa calificó después como la instauración oficial del botellón en la ciudad. Todas las escenas pasan sobre una playa que exageradamente es un vertedero y aunque hay algunas escenas entrañables o lúdicas no faltan momentos de extrema violencia. En los dibujos no hay grises y el negro, intenso, domina el conjunto dándole un regusto a clásico americano. Aficionado al cómic como lector, Francesc Ruiz lo utiliza como medio de expresión en un contexto artístico, buscando más su poder metafórico que su capacidad narrativa, a la que tampoco renuncia. De forma paralela, el artista ha editado los dibujos en formato libro en siete ediciones diferentes en las que ha variado la portada y la paginación con un diseño pensado para que quien quiera pueda reconstruir la instalación en su casa.

En la otra sala, el artista presenta la instalación Yaoi Ayor. "Yaoi" es el nombre que reciben unos mangas japoneses de contenido homoerótico pero destinado al consumo femenino. "Ayor" es la abreviatura de la expresión "At your own risk", que se utiliza en contextos homosexuales para señalar espacios en los que no hay garantía de sexo seguro. Ruiz explica en la instalación la historia de tres chicas que hacen un fanzine yaoi y para inspirarse van al gayxample, una zona de Barcelona en la que hay gran concentración de locales gays. La instalación se presenta en tres niveles. Una serie de dibujos a gran tamaño del barrio; los dibujos eróticos del yaoi que supuestamente están confeccionando y las viñetas en las que las chicas comentan la jugada. Es como un gran cómic expandido explicado en tres niveles, pero si de este género recicla el gusto por el dibujo y su humor negro, comparte con otros artistas de su generación la utilización libre de cualquier medio o disciplina válido para bucear en el entorno más cotidiano en búsqueda de aquello que puede convertirlo en extraordinario. Pero sin dramatismos. La épica del arte no va con ellos.