Reforma fiscal

Resulta, como mínimo, curioso que en todas las reformas fiscales se contemplen cambios en el IRPF, rendimiento del trabajo, patrimonio, impuesto sobre sociedades...

Ni una palabra sobre las retenciones que se realizan sobre pensiones de jubilación, que están gravadas como si el pensionista siguiera en activo. Habida cuenta de que la pensión de jubilación tiene como base los años cotizados y que si no se llega a un número determinado de años se descuenta de la pensión un porcentaje, y que además durante el periodo de cotización se grava el salario del trabajador por lo que cobra, no es lógico que después se le siga descontando Hacienda una parte, y no pequeña, de su pensión.

¿No sería lógico que en una reforma fiscal progresista se declararan las pensiones por jubilación exentas? No se resentiría el fondo de la Seguridad Social, ni se infringiría el Pacto de Toledo, y los ingresos al fisco se compensarían con el incremento del consumo que los pensionistas podrían hacer al ver aumentada su capacidad adquisitiva. Lo demás es, una vez más, olvidarse para mal de los jubilados.