Sobre el ruido

Carmelo Encinas aborda el tema del ruido en su columna del sábado. También yo encuentro detestables los ruidosos ciudadanos que o bien quitan el silenciador a la moto o se pasean por la ciudad con sus discotecas móviles. No me parece necesario insistir en lo molestas que pueden resultar tales actitudes, especialmente en las calurosas noches de verano. No sé si realmente hace falta una nueva normativa para evitar tales comportamientos. Tal vez lo que hace falta es que se cumpla lo que ya existe. Es bochornoso comprobar cómo los guardas urbanos hacen oídos sordos ante dichos sucesos.

No obstante, me parece más preocupante la habitual actitud de muchos ciudadanos de bien en el uso y abuso de la bocina del coche sin necesidad. Como también la sinfonía de estridencias que se desata en cuanto hay la más mínima retención.

Yo vivo enfrente de un garaje cuya puerta la suelen cerrar por la noche. Hay algunos usuarios que a altas horas de la noche, en vez de salir del coche y pulsar el timbre, tocan la bocina para avisar de su llegada al vigilante. Es lamentable comprobar que cuando he escrito al Ayuntamiento de Madrid para informarme sobre el modo de actuar ante esta costumbre no he recibido contes-tación.