Mauro ve la quinta amarilla y no jugará en el Bernabéu

El mediocampista brasileño del Deportivo, Mauro Silva, fue amonestado tras entrar con bastante bastante mala intención al malaguista Edgar. Esta tarjeta supone la quinta para el deportivista y conlleva la sanción automática de un partido, con lo que Silva no podrá jugar en el Santiago Bernabéu en la próxima jornada liguera.

Irureta se mostró en todo momento contrario a dejar al jugador en la caseta o el banquillo frente al Málaga para asegurarse así su concurso en Madrid. El entrenador apelaba al trabajó partido a partido, aunque seguramente no contó con el arreón de rabia del brasileño que cazó a Edgar en una jugada sin transcendencia alguna, poco antes del primer cuarto de hora de juego. Mauro ya fue expulsado dos jornadas antes, frente al Villarreal en Riazor, por lo que se perdió el choque del pasado miércoles en Valladolid.

La acción de Mauro Silva evidenció la falta de concentración de la medular deportivista durante gran parte del partido de ayer. Los malaguistas corrían por cuatro de los de casa y cubrían los espacios con mucho tino. Ni Sergio, ni el propio Silva fueron capaces de inventarse pase alguno que sacudiera la caja de las cánicas del Málaga y los delanteros deportivistas encontraran espacios para vivir.

La presión comenzaba en Salva y era debidamente apoyada por las carreras sin fin de Insúa, Romero y, sobre todo, de Miguel Ángel.

Mauro Silva estuvo particularmente lento, fundamentalmente, a la hora de pensar y adelantarse a las acciones malaguistas. La empanada del mediocentro deportivista llevó a una serie de errores en el pase y varias pérdidas de balón que irritaron al público de Riazor. Los nervios también llegaron a los que estaban en el campo. Molina se pegó un carrerón de más de 50 metros para enmendarle la plana a sus centrocampistas. La bronca interna siguió camino de los vestuarios en el descanso.

El posible sustituto del brasileño en el partido frente al Madrid es el argentino Duscher. Un jugador que aporta más presión y físico, aunque carece de la visión de juego y la lectura de partido que caracterizan a Silva.