"Quería hablar de gente que tiene secretos y de cómo conviven con ellos"

En la ciudad es la historia de un grupo de amigos, de las cosas que se dicen y, sobre todo, de las que no se dicen. Rodada en Barcelona, la nueva película de Cesc Gay, el director de Krampack, no pretende diagnosticar ni juzgar a una generación (la suya), pero sí retratar a un grupo de personas que, aparentemente felices, viven instaladas en pequeñas -o grandes- mentiras. "He hablado de gente de treinta y tantos porque es la gente que conozco, gente que tiene secretos con los que convive cada día, quería hablar de la máscara que todos llevamos y de lo que hay detrás de esa máscara. De esas cosas de nosotros mismos que ni sabemos ni asumimos".

Cesc Gay, de 36 años, empezó a escribir el guión de En la ciudad a partir del recuerdo de una comida en la que una amiga se levantó llorando de la mesa y nadie sabía por qué. Su amiga jamás les dijo por qué lloraba. "Fue ese recuerdo, y otros, como el de un amigo que está enamorado de su cuñada, a él le gustan las Navidades y los cumpleaños porque así la ve. Yo sé que él nunca le dirá nada, que él nunca dejará a su mujer, que vivirá toda su vida con ese secreto, sé que sufre y que no hará nada".

"Dicen que En la ciudad es una comedia amarga y triste", continúa el director. Rodeado de gran parte del equipo de su película (Eduard Fernández, Mónica López, Vicenta Ndongo, María Pujalte, Alex Brendemühl, Chisco Amado y Miranda Makaroff), Cesc Gay asegura que en el fondo de su película, en la que también aparece Leonor Watling, está "el espíritu solitario" de una gran ciudad. "Podría haber sido Madrid o París, pero fue Barcelona, yo quería hablar de las soledades de las grandes ciudades, y para eso todas son lo mismo. Un periodista francés me ha dicho que se nota que es Barcelona en el carácter de los personajes, quizá Barcelona es más aburrida que otras ciudades o quizá los catalanes tenemos más dificultades para expresar las emociones, creo que somos más cautos y austeros en las formas, menos explosivos y apasionados". "Me gustan los personajes que hablan poco", añade el actor Eduard Fernández, "Cesc tenía muy claro qué quería contar y cómo, con silencios y miradas". Los personajes de En la ciudad hablan sin que muchas veces les respondan: "Esos diálogos-monólogo son frecuentes en la vida".