Un juez cita al ex alcalde socialista de Humanes por un presunto caso de prevaricación denunciado por el PSOE

Adolfo Álvarez Sojo, ex alcalde de Humanes (10.000 habitantes) y actualmente concejal en la oposición, ha sido citado a declarar el próximo lunes como imputado por un presunto delito de prevaricación (dictar a sabiendas una resolución injusta) investigado por un juez de Fuenlabrada. El juzgado número 3 de esa localidad ha admitido a trámite una querella presentada hace mes y medio por el PSOE y en la que se acusa a Álvarez Sojo de adjudicar entre 1996 y 2001, cuando era alcalde, 189 obras que no pasaron por concurso y que, en algunos casos, contaban con el informe en contra del interventor municipal.

Álvarez Sojo, policía local en excedencia, fue elegido regidor por el PSOE en 1995, pero el partido lo expulsó el pasado octubre por considerar su conducta "incompatible con la militancia socialista". El alcalde se había visto implicado en varios altercados con los vecinos -dos jóvenes llegaron incluso a denunciar que había participado en una pelea en la que ellos resultaron heridos- y estaba enemistado con prácticamente todos los concejales del PSOE.

Después de que el partido lo expulsara, el Ayuntamiento creó varias comisiones de investigación sobre su gestión al frente del Consistorio, y una de ellas detectó "irregularidades" en la adjudicación de decenas de obras públicas. El PSOE presentó una querella por presunta prevaricación, que ahora ha sido admitida a trámite.

Álvarez Sojo concurrió a los comicios del pasado 25 de mayo con una candidatura independiente, y ganó. Pero PP y PSOE unieron sus votos para desbancarlo de la alcaldía y entregaron el bastón de mando al popular José Antonio Sánchez, durante una sesión de investidura que se convirtió en batalla campal entre la policía y los enfurecidos partidarios y familiares de Álvarez Sojo. La pasada semana, Sánchez tuvo que pedir a la policía local que una patrulla los escoltara a él y a los ediles del PP y el PSOE, ante el temor a nuevas agresiones. "Hemos llegado a temer de verdad por nuestra integridad física. Ahora parece que las cosas se han calmado, y ya he desmontado ese dispositivo de vigilancia, pero lo hemos pasado muy mal. Espero que todo vuelva a la normalidad", afirmó ayer el nuevo alcalde.