Bolardos de Alcalá

Parecía que por fin un gobierno municipal iba a hacer algo que evitara los tremendos atascos diarios que padecía el casco histórico de Alcalá, Patrimonio de la Humanidad desde hace unos pocos años. Su trazado urbanístico no está preparado para el tráfico demencial de vehículos que sufren hoy todas las ciudades.

El plan de peatonalización con bolardos vino a paliarlo, aunque recibió todo tipo de críticas, especialmente desde los sectores más reaccionarios de la ciudad. Incluso, por parte del nuevo alcalde, el popular Bartolomé González, cuya primera actuación será bajarlos al día siguiente de toma de posesión, porque es un plan que no está bien diseñado. Me parece lamentable que se juegue con el dinero público de una forma tan fácil y poco responsable.

Este sistema nos ha costado a los contribuyentes bastante dinero como para que diga que los baja sin más. Si deberían de hacerse más aparcamientos disuasorios para la gente que venga al centro, señor González, hágalos. Por supuesto que todo se puede mejorar, así que mejore esto. Pero no quite lo que ha puesto su predecesor, sólo por que no ha sido iniciativa suya. Desde luego no es la solución. Nunca se había caminado de forma tan tranquila por Alcalá como se hace ahora, y por cierto, nunca había visto tanta gente mirando los escaparates de los comercios.