El 'número dos' del PSOE andaluz salva la vida al fallar una bomba de ETA en Málaga

ETA intentó asesinar ayer en Málaga a José Asenjo Díaz, de 51 años, secretario provincial del PSOE malagueño y portavoz de la poderosa delegación andaluza en el congreso socialista que se inicia mañana. Sólo cuatro días después de que un terrorista asesinara al concejal del PP José María Martín Carpena, la banda intentó un nuevo golpe en la capital malagueña. El fallo en el detonador de una bomba lapa adosada a los bajos de su coche salvó al político, a su mujer y a su hija de 15 años que viajaban con él. Asenjo, número dos del PSOE andaluz, notó un pequeño ruido cuando arrancó su vehículo y descubrió el artefacto.

El nuevo atentado confirma la existencia de una importante infraestructura de ETA en la provincia de Málaga, donde, según el alcalde, Francisco de la Torre, la banda dispone al menos de un piso franco, además de información muy precisa sobre sus objetivos en la ciudad. Asenjo subió a su automóvil sobre las 9.30 de la mañana acompañado de su mujer y su hija. Al arrancar el vehículo oyó una pequeña explosión -"como un petardito", según relató después- y vio un poco de humo. Al descender del coche comprobó que llevaba adosado el artefacto, que estaba compuesto por un kilo y medio de dinamita. El político malagueño relató con gran serenidad el atentado y aseguró que hoy mismo se trasladará a Madrid para participar en los trabajos del congreso socialista. "No consentiré que los asesinos condicionen una vida que no me han podido segar", afirmó. Asenjo aseguró que nunca se había sentido vigilado: "Nunca había tenido esa sensación ni me había mediatizado la vida, pero, la verdad, no sé si es responsabilidad mía. Debía haber tenido precaución, pero la verdad es que no la he tenido". De otro lado, el ministro del Interior, Jaime Mayor, y el consejero vasco Javier Balza se comprometieron ayer a mantener protegida de disputas políticas la cooperación policial en materia de lucha antiterrorista, sobre todo si afecta a la seguridad de las personas. Mayor consideró superada la quiebra de la confianza mutua.