El dilema de la reconstrucción de Irak

La reconstrucción de Irak tras la guerra constituye un bocado apetecible que, por ahora, sólo está garantizado para las compañías estadounidenses y que, al menos de momento, no entusiasma demasiado a las constructoras españolas. El coste estimado conjunto de las obras a realizar hasta 2013 asciende a 64.625 millones de euros, según los cálculos del Gobierno español, pero en la actualidad sólo se han puesto sobre la mesa los 1.700 millones de dólares que Washington ha repartido entre empresas de su país a través de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID).

Ése es el presupuesto que se ejecutará este año para acometer los proyectos más urgentes. Durante este mes y el siguiente, la compañías estadounidenses adjudicatarias evaluarán sus necesidades y podrán subcontratar servicios a otras firmas, entre ellas las españolas que lo soliciten.

Según varias fuentes del sector, las empresas españolas no descartan participar en la reconstrucción de Irak, aunque advierten que la experiencia en este país árabe es mínima y "el negocio de la construcción viaja muy mal". No todo es conseguir un contrato. Una vez allí, hay que buscar mano de obra y proveedores. "En estos momentos hay mucho trabajo y acudir a Irak no es un imperativo", explican.

Abogados enviados por la compañía Betchel, que ha ganado el mayor contrato otorgado por EE UU hasta la fecha, se reunieron la semana pasada en Madrid con representantes de algunas constructoras españolas. Las mismas fuentes explican que se trató de un encuentro "puramente informativo" y que "todavía no hay negociaciones en marcha". Los contactos están siendo canalizados por la CEOE y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio. El secretario de Estado de Defensa, Fernando Díaz Moreno, nombrado además comisionado del Gobierno español para Irak, informó de cómo será la reconstrucción a más de 230 empresarios.