La muerte del obispo de Mallorca, Teodoro Úbeda, causa conmoción en su Ontinyent natal

El fallecimiento ayer del obispo de Mallorca, monseñor Teodoro Úbeda Gramage, causó "una gran consternación y profundo dolor" en su localidad natal, Ontinyent (La Vall d'Albaida), según señaló el arcipreste de la localidad, Fernando Cremades. El prelado, que era obispo de Mallorca desde 1973, falleció ayer a los 72 años, víctima de una enfermedad pulmonar en un hospital de la capital balear. Úbeda padecía una insuficiencia respiratoria progresiva desde que fue intervenido el pasado 25 de abril, para extirparle un carcinoma que los médicos le habían detectado en el pulmón derecho tras una revisión periódica.

El Ayuntamiento de Ontinyent había declarado al prelado fallecido hijo predilecto en 1995. Teodoro Úbeda Gramage nació en Ontinyent el 30 de octubre de 1931. Fue ordenado sacerdote en 1955. En 1970 fue nombrado obispo de Ibiza y, en 1972, administrador apostólico de la diócesis de Mallorca, de la que se hizo cargo ya como titular el 13 de abril de 1973. En el año 2002 fue distinguido con la medalla de oro de de las Islas Baleares, galardón que concede anualmente el Govern Balear en reconocimiento a la labor desarrollada por personas o instituciones a favor de los valores culturales, sociales, históricos o medioambientales de las Islas. El alcalde de Ontinyent, Rafael Portero, declaró que "era una persona muy querida en la ciudad que ha conservado unos fuertes lazos de amistad" con su ciudada natal.