Los Quince admiten que llegarán a la cumbre de Niza sin acuerdo

Los ministros de Exteriores de los Quince, reunidos anoche en Bruselas, agotaron la última oportunidad de limar diferencias antes de la cumbre de la UE en Niza. Pero finalmente constataron que los jefes de Estado y de Gobierno se reunirán a partir del próximo jueves "sin compromisos concretos", según reconoció el jefe de la diplomacia francesa, Hubert Védrine. Los asuntos más conflictivos en la agenda de Niza siguen siendo la toma de decisiones por mayoría cualificada en lugar de por consenso, la futura composición de la Comisión Europea y el nuevo reparto de votos en el Consejo de Ministros de la UE. Los "nervios" estuvieron presentes en la reunión, admitió Védrine, a sólo cuatro días de la cumbre y tras el fracaso de la reunión del sábado en Hannover entre el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder.

Los ministros de Exteriores de los Quince, reunidos anoche en Bruselas, agotaron la última oportunidad de limar diferencias antes de la cumbre de la UE en Niza. Pero finalmente constataron que los jefes de Estado y de Gobierno se reunirán a partir del próximo jueves "sin compromisos concretos", según reconoció el jefe de la diplomacia francesa, Hubert Védrine. Los asuntos más conflictivos en la agenda de Niza siguen siendo la toma de decisiones por mayoría cualificada en lugar de por consenso, la futura composición de la Comisión Europea y el nuevo reparto de votos en el Consejo de Ministros de la UE. Los "nervios" estuvieron presentes en la reunión, admitió Védrine, a sólo cuatro días de la cumbre y tras el fracaso de la reunión del sábado en Hannover entre el presidente francés, Jacques Chirac, y el canciller alemán, Gerhard Schröder. "Las posturas no han cambiado", explicó el ministro francés de Exteriores, que prevé que las sesiones de Niza puedan prolongarse hasta el domingo. Los Gobiernos dan ya por hecho que, si hay acuerdo, éste sólo se logrará en la recta final de la cumbre. Schröder ha asegurado, en nombre del peso demográfico de Alemania, que no aceptará "una ponderación de voto en la que España, o más tarde Polonia, tenga tantos votos como Alemania, que tiene el doble de población".