EE UU acusa a Siria de apoyar a terroristas y amenaza con sanciones
Damasco asegura que no tiene armas químicas y niega haber cooperado con Sadam Husein
El jefe de la diplomacia estadounidense, Colin Powell, anunció ayer que estudiaba aplicar sanciones "económicas o diplomáticas" contra Siria y elevó un grado más la presión de Washington sobre Damasco. El presidente, George W. Bush, acusó el domingo a los sirios de poseer armas químicas. Su portavoz, Ari Fleischer, afirmó ayer que Siria era "un Estado terrorista". Por segunda vez en cuatro días, el Gobierno de Siria desmintió ayer las acusaciones vertidas por Estados Unidos. "Siria no tiene armas químicas", dijo una portavoz gubernamental.
Fleischer no descartó la posibilidad de que se emprendiera en el futuro una acción militar contra el régimen sirio, basado, al igual que el de Sadam Husein, en el nacionalismo laico del partido Baaz. Fleischer sugirió de forma críptica que no era inminente una nueva guerra. "Los países interesados en soluciones pacíficas a los problemas mundiales no interpretan que Estados Unidos haya tomado la decisión de actuar", dijo. Tanto él como el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, indicaron que Siria debería enfrentarse a "consecuencias" si no "cooperara", pero no quisieron detallar cuáles podrían ser esas consecuencias.
El portavoz de la Casa Blanca se apoyó en un informe publicado por la CIA el año pasado para asegurar que Siria disponía de "gas nervioso" y que intentaba "desarrollar agentes nerviosos más tóxicos y persistentes". Rumsfeld, por su parte, afirmó que en los últimos "12 o 15 meses" se habían realizado en Siria "varios ensayos de armas químicas".
El secretario de Estado, Colin Powell, explicó que mantenía contactos con el Gobierno sirio a través de la Embajada estadounidense en Damasco y que Washington había dejado claro "su mensaje". Los dirigentes de Siria, declaró, debían "revisar sus acciones y su comportamiento, no sólo en lo referente a quién consigue refugiarse en el país y a las armas de destrucción masiva, sino también, especialmente, al apoyo a actividades terroristas". El Gobierno de Estados Unidos acusa a Siria de proporcionar material bélico al iraquí durante la guerra, de permitir el paso hacia Irak de combatientes opuestos a la invasión y de acoger a "altos cargos" que no han sido especificados de la Administración de Sadam Husein.
El desmentido sirio de ayer se hizo en tono amable y corrió a cargo de la portavoz del Ministerio de Exteriores, Buthaina Shaaban, la cara moderada del régimen del presidente Bachar al Asad. Las anteriores declaraciones, que negaban las imputaciones estadounidenses, las había efectuado en tono encendido el pasado viernes el ministro de Asuntos Exteriores, Faruk Shara.
Las armas de Israel
"Le decimos que Siria no tiene armas químicas y que las únicas armas químicas, biológicas y nucleares que hay en la región son las de Israel, que está amenazando a sus vecinos y ocupando su tierra", afirmó la portavoz ministerial para añadir que "no hubo ninguna cooperación entre Damasco y Bagdad, nuestro apoyo fue para el pueblo iraquí que ha sufrido los apuros de guerras".Buthaina Shaaban realizó estas declaraciones ayer en Damasco pocos minutos después de que un emisario británico, el ministro Mike O'Brien, se entrevistara con el presidente, Bachar al Asad, y le entregara una carta del primer ministro, Tony Blair, donde lo emplazaba a abandonar el proceso de tensión verbal que se ha desatado, desde hace dos semanas, con Estados Unidos y entrar en la vía de un diálogo pacífico con los miembros de la coalición con el objetivo de aclarar su posición con respecto a Irak.
Horas antes de que se produjera la reunión, el ministro de Exteriores británico, Jack Straw, trataba de tranquilizar también a Siria, al recalcar que este país no "será el próximo de la lista", pero al instar al mismo tiempo en tono enérgico al diálogo en el que debería aclarar algunos puntos. Straw efectuó estas declaraciones desde Bahrein. "No perseguimos a ningún país, pero Siria tiene que contestar a varias preguntas importantes y empezar a elaborar una agenda de discusiones" insistió Straw. El primer ministro británico, Tony Blair, subrayó ayer ante la Cámara de los Comunes que "no hay planes para invadir Siria", tras el desplome del régimen iraquí de Sadam Husein. Blair manifestó que el pasado fin de semana habló con el presidente de Siria, Bachar al Asad, quien le prometió que las autoridades de Damasco abortarán cualquier "intento de cruzar la frontera" por parte de colaboradores de Sadam Husein que quieran escapar de Irak.
La diplomacia británica se sumaba ayer con estas manifestaciones al frente europeo que propugna un proceso de diálogo con Siria y rechaza las amenazas de EE UU, tras las que se esconde el fantasma de una intervención militar. Este frente empezó a constituirse el viernes, tras la visita que efectuó el ministro de Exteriores francés, Dominique de Villepin a Damasco. En ese frente coinciden algunos países árabes moderados, incluida la Liga Árabe, cuyo presidente Amr Mussa efectuó ayer en El Cairo unas declaraciones donde rechazaba el tono de Estados Unidos.
El Gobierno israelí aprovechó las críticas de Powell para transmitir sus propias exigencias al presidente sirio, Bashar al Asad, según informa Julio de la Guardia. Los ministros de Exteriores, Silvan Shalom, y Defensa, Saúl Mofaz, instaron a Damasco a que corte el apoyo logístico que presta a la milicia de Hezbolá y deje de prestar santuario a algunas organizaciones palestinas que Israel considera terroristas. Pero no entraron en el ámbito de las armas químicas, que Israel también produce en su centro de investigación de Nes Ziona.

Las acusaciones
Éstas son las acusaciones de EE UU contra Siria:
- Haber armado al régimen de Sadam Husein.
- Permitir el paso de grupos de combatientes árabes a favor de Irak.
- Almacenar armas de destrucción masiva procedentes de arsenales iraquíes.
- Dar refugio a los responsables políticos de Irak.
- Asilar a los científicos responsables de las armas químicas iraquíes.
- Desarrollar armas químicas.
- Proteger a 10 movimientos radicales palestinos.
- Dirigir la guerrilla islamista libanesa de Hezbolá.
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