Semana negra para Ortega

Antonio Ortega, secretario general del PA y consejero de Turismo, no ha hecho otra cosa en la pasada semana que encadenar calamidades. El viernes, día 7, se consuma la derrota frente al comité de Sevilla de su partido, bajo el control de Alejandro Rojas-Marcos, en su empeño de sentar a la quinta de la lista en el escaño del Parlamento andaluz que el propio Ortega había dejado vacío. Dos días después, la candidatura alternativa del PA de Córdoba, que dirigía una gestora, tumba a su candidato, Bernardo Muñoz, a quien había acudido a mostrar su apoyo. El martes 11, el Consejo de Gobierno de la Junta nombra a Antonio Prats delegado de Turismo de Cádiz, a propuesta del consejero y, al día siguiente, el magistrado del Juzgado número 3 de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) imputa a Prats por delitos de atentado a la autoridad y lesiones. Junto a este caso se desempolva otro proceso por presuntos delitos urbanísticos en Sanlúcar.

A partir de ahí, Ortega ha estado a la defensiva, el extremo opuesto de lo que planeó cuando hace justo un año saltó de la Consejería de Relaciones Institucionales a Turismo, de mayor proyección social, para preparar su candidatura a la Junta.

La polémica por el nombramiento de Prats no ha sido una sorpresa. De hecho, miembros socialistas del Consejo de Gobierno habían alertado a Ortega sobre el riesgo de la elección de Prats e incluso se habían resistido a dar el consentimiento.

Según fuentes del PA, la designación de Prats como delegado de Turismo en Cádiz es una cuestión de equilibrio interno entre las familias andalucistas. Tras la salida de Pedro Pacheco, el aliado de Ortega en la provincia es Antonio Moreno, alcalde de San Fernando, promotor del nombramiento de Prats.

La primera intención fue nominar a Antonio Prats como candidato a la alcaldía de Sanlúcar, pero la contestación de un sector del partido llevó a Ortega a desistir y, como contrapartida, ubicarlo en la delegación de Turismo. En la reunión de la ejecutiva nacional andalucista del pasado 18 de enero el punto del nuevo cargo de Prats acaparó buena parte de la discusión, pero el propio Ortega declaró que en ese asunto se había limitado a informar, ya que la decisión la había tomado como consejero de Turismo.

Los dirigentes socialistas no han querido opinar sobre el espinoso nombramiento. El delegado de la Junta en Cádiz, Antonio Gómez Periñán, se limitó a comentar cuando supo del caso: "Son decisiones de los consejeros que eligen a las personas que entienden pertinentes para cubrir el puesto, por lo cual no entro a valorar". No ha sido tan sutil el coordinador andaluz de Izquierda Unida, Diego Valderas, quien ha aprovechado el debate de la reprobación del Parlamento a Ortega por su discutida frase sobre la corrupción para cargar con profundidad. Según Valderas, el nombramiento de Prats evidencia que Ortega "prefiere dos casos de corrupción al año que una Administración muerta y lenta".