Los sindicatos italianos rompen la negociaciones para reestructurar Fiat

No ha sido posible el acuerdo entre los sindicatos y el Grupo Fiat. Al filo de las siete de la tarde terminó ayer abruptamente el encuentro entre los representantes de la casa de Turín, los líderes sindicales y el Gobierno, pese a que la empresa se avino a dulcificar el plan industrial, a cambio de obtener del Ejecutivo la declaración de estado de crisis con las consiguientes ayudas extraordinarias para afrontar la regulación de empleo y las numerosas prejubilaciones.

Los sindicatos consideraron insuficientes los cambios que no evitaban el despido definitivo de al menos la mitad de los 8.100 trabajadores que la Fiat enviará a sus casas. Los líderes de las tres principales centrales sindicales amenazaron con acciones contundentes contra el grupo turinés.

El vicepresidente italiano, Gianfranco Fini acusó ayer al principal sindicato, CGIL, de haber impedido el acuerdo con su "maximalismo". Pero lo cierto es que a la mesa negociadora llegaron cargados de pesimismo los representantes de los trabajadores. La solución "puente", la renuncia, por parte de Fiat, al cierre de la fábrica de Termini Imerese, a cambio de una regulación de empleo que afectará por igual a las cinco fábricas italianas no fue plenamente aceptada por los dirigentes del gigante italiano. A todo lo que accedieron fue a reducir a seis meses (en lugar de un año) el cierre de Termini, y a afrontar una regulación de empleo en las fábricas de Cassino (cerca de Nápoles) y Mirafiori (Turín), pero esta última ligada a una reducción estructural con prejubilación de al menos 2.600 trabajadores. A cambio, el Ejecutivo se comprometía a aportar ayudas a la investigación y a mantener los llamados "ecoincentivos" a la casa automovilística, además de concederle el estado de crisis reclamado en octubre pasado.

El primer resultado de la ruptura es que 5.600 trabajadores de Fiat recibirán mañana una carta de despido, por al menos un año de duración, en espera de que mejore la situación del mercado. Las perspectivas no son halagüeñas porque las ventas de coches del mes de noviembre registraron una nueva caída de la marca Fiat, hasta un 22%.