Babcock apuesta su futuro inmediato a la firma de cuatro contratos en China por 60 millones de euros

Babcock Borsig España (BBE) intenta salir del agujero. Hace poco más de un año, fue privatizada y vendida a la alemana Babcock Borsig, que apenas nueve meses después entró en suspensión de pagos. Ahora, con el apoyo y los avales de la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) busca un nuevo accionista que sustituya en la propiedad a la alemana y contratos que le den una carga de trabajo que le permita permanecer en el mercado. El director general de BBE Enrique Palomino, recordó ayer en Zierbena que la empresa se encuentra a punto de cerrar dos contratos en China para fabricar dos centrales de gasificación de carbón por 15 millones de euros cada uno y anunció que cuenta con una opción para otros dos por igual cifra.

En estos momentos, la actividad en la planta de Galindo se encuentra en niveles altos, pero si no entran nuevos pedidos a partir del primer trimestre del 2003 descenderá el volumen de actividad. BBE, grupo que emplea a 650 personas, tiene su división de fabricación al 80% de capacidad, la división de energía finalizando la construcción de Bahía Bizkaia Electricidad, mientras que la de gasificación deberá hacer frente a la reducción de carga de trabajo en el primer trimestre del 2003 y la de medio ambiente busca nuevas licencias que le permitan acceder a nuevos contratos.

Además del contrato en China, BBE está manteniendo contactos tanto con Iberdrola como con Endesa para participar en la construcción de las nuevas plantas de ciclo combinado que ambas eléctricas están promoviendo en España y otros países. La puesta en marcha de la central Bahía Bizkaia Electricidad, que cuenta con una inversión de 260 millones de euros y en un 40% desarrolla BBE, supone una buena tarjeta de presentación.