Seamos liberales, hombre...

Otro desastre más en las aguas gallegas. Otro petrolero soltando su carga y cargándose la fauna. Una vez más. Y ¿por qué ocurre esto? Pues muy sencillo. Barcos viejos, ningún mantenimiento y gran rentabilidad. Eso es lo que manda en el mundo actual. La rentabilidad de las empresas. Pero para que exista rentabilidad hay que bajar costes. ¿Cómo se bajan? Siempre igual. Quitando personal, quitando mantenimiento, eliminando repuestos para ello... En fin, todos sabemos la cantinela, pero nada hacemos para mejorarlo.

Éste es el mundo liberal. Según dicen algunos políticos, es la solución del mundo. Yo no la entiendo. Ellos sí, porque les favorece. Pero los barcos cada vez serán más antiguos, porque así el coste de amortización ya no cuenta, serán más peligrosos para viajar o para su carga, destrozarán muchas cosas, pero, al fin y al cabo, se abrirá el célebre expediente que se abre siempre y ya está. Porque al cabo de unos meses, incluso días, ya nadie se acuerda de ello. Sólo el pobre hombre que tiene que vender el pescado que ya no existe.

Y ese mundo liberal sigue siendo hijo de la libertad. ¿De quién?