Claudio Magris: 'Lo moral debe impregnar la vicisitud narrada'
El escritor presenta 'El claro del bosque', de la que fue su esposa, Marisa Madieri
La margarita biografiada en El claro del bosque (editorial Minúscula, en traducción de la propia editora, Valeria Bergalli) se llama Dafne. Observa el cerrado mundo en el que vive desde sus escasos 30 centímetros de altura. Madieri describe al detalle lo que desde ahí percibe Dafne: otras flores, insectos de muchas clases, una piedra blanca, una ardilla, un grupo de personas que pasan la tarde en el campo. Pero, sobre todo, describe lo que le pasa a la florecilla, cómo sus percepciones van quedando inscritas en su biografía. Madieri definió este relato como 'una educación sentimental'. 'Por la época en que lo escribía, antes de la enfermedad, se tiraba a menudo por los suelos para descubrir cómo se ve el mundo desde abajo', dice Magris para explicar la minuciosidad de perspectivas logradas por la escritora.
Una escritora que fue de producción corta, que no escasa: unas 250 páginas en total. Su trabajo como profesora en un colegio triestino y el cuidado de los dos hijos habidos con Magris (hoy los dos en la treintena) no dieron para más. Ni para menos. La prosa poética de Madieri es limpia, contenida, precisa, presidida toda ella por el lema less is more, lema sabio donde los haya.
'Los ascendientes literarios de Marisa fueron Svevo, Flaubert, Laclos. Fue una mujer que no leyó extensamente, tenía muchas lagunas, pero sí muy intensamente', cuenta Magris. 'Su preocupación en la escritura y en la vida fue de orden moral. Lo moral debe impregnar siempre la vicisitud que se narra', añade, y sin duda el precepto vale tanto para Madieri como para el autor de El Danubio, Historia de un sable y Microsomos.
¿Era religiosa Marisa Madieri? 'Lo era, pero con un sentido muy claro de la laicidad, de la separación de poderes. Un día antes de morir acudió a visitarla el cardenal Silvestrini, al que ella conocía apenas. Y le soltó: 'Mire, yo no me rebelo porque creo que él -y señalaba al cielo- sabe lo que hace, pero créame que he tratado de obstaculizarle el trabajo hasta donde he podido'.
Magris transforma prodigiosamente en relato la dolorosa experiencia familiar, sin duda en homenaje a su mujer, que hizo lo propio en Verde agua. El mismo gusto por la narración aparece cuando el escritor aborda otros temas, como la actualidad italiana. A diferencia del anterior, en este caso el relato se reviste de tintes sombríos: 'Los italianos fuimos pioneros del fascismo en Europa. No querría que ahora, con Berlusconi, lo fuéramos de alguna otra perversión. Porque observo que están desapareciendo las antiguas convenciones sobre la decencia y emerge una nueva clase sin referencias morales de ningún tipo. La ley Cerami, que permite el cambio de juez, o el asunto del conflicto de intereses entre el empresario y el jefe de Gobierno plantean una situación nueva en la que han desaparecido las antiguas referencias éticas. En este contexto, la reivindicación del presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, del himno y la bandera nacionales me parece progresista porque trata de reforzar un sentido de Estado que se pierde'.
Nacionalismos
Cuando a Magris se le observa que en España los desfiles y las banderas se perciben de muy diferente manera, al menos por una parte importante de la ciudadanía, se apresura irónico a matizar: 'No compare Aznar con Berlusconi, es mucho más civilizado el suyo que el nuestro. En España el nacionalismo es un asunto muy presente, en Italia apenas existe'. Preguntado sobre el movimiento de oposición encabezado por el cineasta Nanni Moretti, se muestra favorable. 'Al principio me produjo cierto apuro por el aspecto histriónico. Pero se trata de una iniciativa de contestación respetuosa que evidencia las contradicciones de la izquierda'.
Magris ha publicado recientemente en Italia una obra de teatro, La mostra, que aparecerá en enero en versión castellana (Anagrama). Ese mismo mes se estrenará en Madrid, organizado por el Círculo de Bellas Artes, Le voci, dos monólogos escritos para la escena.
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