Comienza el reparto de 250.000 fotos para localizar a Dónovan

Dónovan Párraga se marchó de su casa en febrero pasado. Desde entonces, su familia no ha vuelto a saber nada de él. La policía sigue investigando su paradero, pero el suyo sigue siendo un caso sin resolver. El Defensor del Menor, a petición del padre del joven, ha impulsado una campaña, que comienza hoy, en la que se repartirán 250.000 fotos con la imagen de Dónovan.

La confección de los carteles ha sido sufragada por los empresarios de Madrid, que han encontrado en asociaciones de vecinos, conductores de transporte público, taxistas y comerciantes improvisados repartidores. El objetivo es que estos primeros 250.000 carteles con la imagen de Dónovan lleguen lo antes posible a todos los rincones de la región. Incluso Renfe y el Canal Metro se han ofrecido para incluir la foto del muchacho en sus mensajes informativos.

Pedro Núñez Morgades, el defensor del Menor, no recuerda una actuación similar. 'Pretendemos iniciar una campaña que durará hasta Navidad para intentar saber algo de Dónovan. Ésta es la primera inciativa, pero a ella le seguirán muchas más', explica.

Entre las acciones que desde la oficina del Defensor del Menor se barajan está incluir la foto de Dónovan en tetra-brick, algo que en otros países, como Estados Unidos, suele ser habitual cuando se intenta encontrar a personas desaparecidas. 'Hemos tenido un ofrecimiento, pero todavía no hay nada decidido. Se trata de una campaña muy costosa y no parece que sea fácil llevarla a cabo', precisa Núñez Morgades.

Dónovan Párraga Rodríguez tenía 12 años cuando se marchó de su domicilio de Trijueque (Guadalajara) el pasado 27 de febrero. El día de su desaparición el muchacho regresó a casa en la ruta escolar. En el autobús tuvo una pequeña pelea con un compañero y la cuidadora le castigó sin ir una semana en el autobus. Ya en su casa, el chaval se pasó bastante rato en el baño, lo que preocupó a su madre, Gloria Rodríguez. Poco después se cambió para ir clase de yudo, pero nunca llegó.

Algunos vecinos aseguran que ese día le vieron a la entrada de la urbanización en la que vivía tirando piedras contra una marquesina. Otros cuentan que lo encontraron en la vía de servicio haciendo autoestop hacia Madrid. A algunos de sus amigos de la cuadrilla les contó que se iba a casa de su abuela, que vive en la capital.

Cuando Dónovan se marchó de casa iba vestido con una sudadera blanca, en la que llevaba inscrito su nombre; un pantalón vaquero, y zapatillas grises, y poco más de 15 euros en el bosillo.

La madre de Dónovan denunció su desaparición esa misma madrugada en el cuartel de Torija. En los últimos ocho meses ha habido muchas llamadas de gente que creía haber visto al muchacho. La familia también ha recorrido muchos kilómetros en su busca y ha repartido cientos de fotos. Los 250.000 carteles que hoy comienzan a repartirse son el penúltimo soplo de esperanza para la familia de Dónovan.