Contra toda lógica

El lehendakari se ha dirigido al Parlamento para, partiendo del Estatuto, superar la situación de crispación social y de enfrentamiento a la que se está empuejando a la sociedad vasca. La crispación social no es sino la reacción impotente de una parte del pueblo contra el horror que producen los atentados. El Estatuto no es sino el fruto de unas voluntades políticas que, tras discusiones, llegan a un acuerdo. Hablaba el lehendakari de 'dialogar hasta el amanecer' y no se puede intentar un diálogo con el dolor de los asesinados por ETA. ETA es el conflicto. ETA produce los enfrentamientos; Batasuna digiere los muertos y escupe epístolas tratando de demostrar que son dos siglos de lucha.

El lehendakari tiene medios, pero le falta voluntad politica porque la idea nacionalista constriñe mucho. No son capaces de salir de su territorio y mirar cara a cara a los que, siendo también de este pueblo, no son nacionalistas. En un país realmente democratico esto se tendría en cuenta.

Pero los nacionalistas, con el apéndice de IU, se niegan a reconocer la posibilidad de lo diverso. No está mal defender la casa, pero hay que hacer que todos, los demócratas nacionalistas y constitucionalistas, se unan para luchar contra ETA. Así que cualquier intento de 'pactos políticos' para conseguir más transferencias, en este momento no sólo es una imprudencia, sino ir contra toda lógica política en un país democrático.