El pirotécnico de la fiesta en que murió un niño queda libre con cargos

El empleado de Pirotécnica Zaragozana encargado del lanzamiento de los fuegos artificiales en Aranda de Duero el pasado sábado quedó ayer en libertad con cargos. El empleado, J. L. V. G., de 41 años, fue detenido por homicidio por imprudencia después de que un cohete alcanzara a Javier Arranz Gutiérrez, de 13 años, que resultó muerto en el acto.

Según informó ayer el alcalde, Luis Briones, el accidente mortal fue 'consecuencia de un error que habrá que determinar, porque está en vía judicial'. El alcalde agregó que 'en las diligencias consta que el tubo' del cohete que alcanzó a Arranz 'se inclinó'. Un bombero vio que el tubo estaba inclinado, siempre según el alcalde, por lo que el cohete 'salió de modo horizontal, prácticamente a ras de suelo'.

Briones adelantó, no obstante, que si se llegara a un juicio contra la empresa Pirotécnica Zaragozana el Ayuntamiento se personaría 'sin duda alguna' para ejercer la acusación. 'Queremos aclarar todo lo que ha sucedido', declaró.

Por su parte, la empresa citada destacó ayer la experiencia del empleado responsable del lanzamiento de los fuegos artificiales en el parque La Huerta, de Aranda de Duero. J. L. V. G. lleva 18 años trabajando para la pirotécnica y cada verano lanza entre 80 y 100 castillos de fuegos artificiales.

El portavoz de la firma aseguró que el niño fallecido se encontraba a unos 32 metros del punto de lanzamiento, cuando las normas de seguridad exigen una distancia mínima de 50 metros.

El alcalde declaró que está tranquilo respecto al dispositivo de seguridad desplegado, porque el Ayuntamiento puso a disposición de la empresa 'todo lo que pidió'.

Aranda se volcó en el funeral por Javier Arranz, que congregó ayer a unas 2.000 personas en la abarrotada iglesia de Santo Domingo. El cadáver fue trasladado al término del oficio religioso al cementerio municipal de San Pedro Regalado.