Grecia estrena a Iñaki Sáez

Iñaki Sáez se sabe observado con lupa. Su selección se estrena hoy (20.45, TVE-1) en un partido oficial y percibe que el entorno está ansioso por establecer veredictos. Por observar las diferencias respecto a la anterior etapa, la de José Antonio Camacho, y decidir si España va a mejor o peor. Sobre todo por eso, el nuevo responsable del equipo nacional considera la cita de esta noche ante Grecia, la apertura de la fase clasificatoria para el Campeonato de Europa de Portugal 2004, como, dure lo que dure su ciclo, 'la más importante'.

Sáez anda preocupado. Y con naturalidad, sin el hermetismo o la solemnidad con el que otros entrenadores van deshumanizando el fútbol, lo confiesa. Sin darse importancia. Y lo que le inquieta, más que el rival o el agresivo ambiente que prevé encontrarse en el estadio del Panathinaikos, es el tiempo. La falta de tiempo, más bien, para armar el conjunto después de un cambio táctico (del 4-4-2 al 4-2-3-1) y también de la aparición de algunos nombres propios nuevos.

El técnico, eso lo tiene claro, va a ser fiel a su sistema. 'Yo trabajo con ese dibujo y los éxitos pasados en las categorías inferiores de la selección me han hecho creer un poco más en él', afirma. Su tarea ahora es acoplar al mismo a los jugadores de los que dispone.

Un acoplamiento con un especial quebradero de cabeza: juntar a Valerón y Raúl sin dañar las posiciones naturales de ambos. Con Valerón lo tiene más difícil, ya que, pese a los intentos de su antecesor, sólo es letal y sublime como enganche, por detrás del punta. También es ésa la mejor posición para Raúl si sólo se juega con un delantero, pero el madridista rinde en casi todas las ubicaciones. Finalmente, la ecuación ha dejado para hoy un damnificado: Morientes, que cede su plaza a Raúl.

Lesionado Orbaiz, Helguera abandonará la zaga para convertirse en el elemento más defensivo del doble pivote, donde su principal problema acostumbra a ser la facilidad con la que, por culpa de su afán ofensivo, pierde el sitio. A su lado, 'el control del juego, de los tiempos y la velocidad del partido' de Xavi han podido con 'la mayor llegada y agresividad' de Baraja. Por atrás, la línea de cuatro, más propensa al repliegue que al achique, estará liderada por García Calvo.

El rival, aunque se le considera uno de los competidores reales por la plaza de clasificación, preocupa menos. Sí inquieta su fortaleza aérea, posiblemente el aspecto más frágil de la nueva selección. Los griegos ganan en corpulencia y estatura y por eso Sáez ha reclamado a los suyos la máxima concentración en las jugadas a balón parado.

Desterrado el lateral Georgatos por un conflicto con su seleccionador y renqueante Karagunis, el mayor peligro heleno se llama Nikolaidis, un punta pequeño y rápido que parece 'Rambo en miniatura'. España también está avisada de los lanzamientos de las faltas por parte del ex sevillista Tsartas, tan precisos que aconsejan no concederle oportunidades en las inmediaciones del área.

Más allá de la variación táctica, algunos jugadores han advertido diferencias casi filosóficas entre Camacho -más exigente, lo quería todo controlado- y Sáez, que deja hacer más. El nuevo seleccionador, sin embargo, no coincide con la descripción que le hacen: 'He tenido fases en las que me acusaban de ser demasiado defensivo y ahora los jugadores dicen que les doy libertad. Igual mi realidad está en el punto medio'.

Grecia: Nikopolidis; Patsatzoglu, Dabizas, Giannakopulos, Fissas; Zagorakis; Basinas, Tsartas; Nikolaidis y Vrizas.

España: Casillas; Salgado, García Calvo, Marchena, Bravo; Helguera, Xavi; Joaquín, Valerón, Vicente; y Raúl.