Galería de pasiones

A quienes conozcan la elusiva aunque a menudo interesante producción de Vicente Pérez Herrero no les resultará extraño el universo, muy a contracorriente de los que suelen mostrar las películas españolas, de pasiones, encuentros y desencuentros que cuentan estas 13 historias. Su inspiración parece, desde el título, irónica: como en uno de aquellos textos medievales homónimos derivados del perdido Physiologus alejandrino del siglo II, en los que se mostraba, con carácter didáctico, pero también moralizante, el comportamiento de los animales, aquí se trata de desplegar todas las variantes posibles del amor, desde un personaje inspirador, Elías, que se diría el lejano hilo conductor que guía la trama.

Como todas las películas misceláneas, y ésta lo es desde su título, hay en ella momentos espléndidos junto con otros menos inspirados. Pero como ocurre a menudo con su cine, lo que salva a Pérez Herrero es su voluntad infatigable de investigar, tanto en los entresijos y las conductas de sus personajes como en la forma de comunicar éstos.