El aceite bate récords en venta, exportación y penalizaciones

El aceite de oliva batió en la última campaña los récords de producción, demanda interior y exportaciones, y seguirá en la misma línea este ejercicio, según los datos manejados por la Administración y el propio sector. El aceite de oliva también batió su propio récord en las penalizaciones de las ayudas al rebajar las mismas de 220 pesetas, que es la cifra oficial, a 155,5 pesetas kilo. Este año la ayuda podría caer incluso más, hasta las 135 pesetas kilo, frente a la ayuda plena que perciben productores de otros países comunitarios.

Al inicio de la campaña anterior, en noviembre de 2000, los excedentes de aceite de oliva ascendían a unas 200.000 toneladas. A esa cifra se sumó una producción de 973.000 toneladas. El consumo interior mantuvo una línea ascendente, propiciada por los bajos precios y el hundimiento de las ventas de aceite de orujo hasta las 572.000 toneladas. Las exportaciones lograron también una cifra récord de 484.000 toneladas, lo que supuso el inicio de la campaña actual el pasado 1 de noviembre con un stock de sólo 138.000 toneladas.

Previsiones optimistas

Esta campaña, las previsiones de la Administración y el sector apuntan a una nueva cosecha récord de 1,2 millones de toneladas.En el interior, aunque ya se trata de un mercado maduro, las previsiones apuntan a un ligero incremento, hasta las 585.000 toneladas. Las malas producciones en otros países comunitarios, así como en terceros países del norte de África, según los datos manejados por el Consejo Oleícola Internacional, hacen prever un crecimiento de las exportaciones hasta unas 550.000 toneladas, lo que supondrá una nueva cifra récord. Del conjunto de las ventas al exterior, la campaña pasada solamente Italia compró 237.000 toneladas, tanto para atender su demanda interna como para sus compromisos en los mercados exteriores

Junto a estos datos positivos, mayores producciones y mayor demanda, también existe una parte negativa. El aceite es un producto que ha utilizado la gran distribución como una mercancìa de oferta a bajos precios. Ello se ha traducido en una caída de los precios a una media de 1,80/ 1,85 euros por kilo. Esta cotización puede ser rentable para las explotaciones con altos rendimientos, pero supone la ruina para las superficies de bajos rendimientos, que son mayoría en el sector

El otro dato negativo es la aplicación de fuertes penalizaciones en la ayuda oficial de 220 pesetas por superar la cuota de 760.027 toneladas fijada hace cuatro años por la UE. Esta campaña, la ayuda comunitaria podría bajar a solamente unas 135 pesetas kilo, lo que supone una clara posición de desventaja frente a otros países comunitarios competidores en los mismos mercados y que están percibiendo una ayudas de 220 pesetas kilo.