Arden otros cuatro coches en la zona de Blasco Ibáñez de Valencia

Los vecinos de las calles Humanista Furió y Serpis de Valencia, en la zona de Blasco Ibánez, amanecieron ayer encontrándose cuatro nuevos vehículos quemados. Los dos primeros turismos siniestrados se encontraban aparcados en la confluencia de las calles Humanista Furió y Campoamor sobre las 3.00. Una hora después, en la cercana calle de Serpis, otros dos coches se convertían en chatarra por efecto de las llamas, estacionados en el mismo lugar donde el pasado agosto ardieron ótros cinco.

En lo que va de año son ya 17 los turismos que han ardido en las calles de Valencia, especialmente en la zona de Blasco Ibáñez. La policía ha venido sosteniendo desde que se iniciara la quema constante de turismos que la mayoría de los vehículos afectados estaban en situación de abandono o habían servido para cometer algún acto delictivo. La persistencia de las acciones contra coches aparcados en la vía pública demuestra lo contrario, que no están abandonados, que tienen propietario conocido y que no han servido para delito alguno.

La quema de coches comenzó a despuntar como delito habitual en Valencia en marzo de 2000. Desde entonces son casi 500 los turismos destruidos por efecto de las llamas sin que se haya detenido a alguien por los hechos. Ayer, la delegada del Gobierno, Carmen Mas, anunció la puesta en marcha por parte de la policía nacional de un dispositivo especial de vigilancia sobre la zona en la que desde primeros de 2002 han ardido ya 17 vehículos.

Ni una pista

La policía atribuye la autoría de la quema de coches al vandalismo urbano pero reconoce que no tiene pistas sobre la autoría. El operativo que ahora pretende poner en marcha la policía nacional para intensificar la vigilancia en los puntos que mayores siniestros han registrado en las últimas semanas ya tuvo como antecedente otro dispositivo extraordinario el verano pasado. La localización de los efectivos provocó que la quema de coches se desplazara a otros puntos quedando la acción impune.

Los vecinos de la zona de Blasco Ibáñez reclaman mayor presencia policial pero no de forma ocasional sino de forma permanente y exigen más agentes adscritos a la policía de barrio así como más efectivos disponibles por parte de la policía local de Valencia.

La policía, en cambio, afirma que 'averiguar quien ha quemado un coche es más difícil que resolver un homicidio'. Con ese principio explican las fuerzas de seguridad la inexistencia de detenidos en relación con la quema de coches. De hecho, el pasado otoño la policía anunció -tras la detención de un grupo de jóvenes que contactaban a través de Internet y señalaban entre los objetivos de la asociación de la que decían formar parte la acción contra mobiliario urbano y coches- la desarticulación de los responsables de buena parte de la quema de coches. Mientras los jóvenes estuvieron detenidos continuaron ardiendo coches en las calles, lo que no ha dejado de ocurrir hasta ayer mismo.