Decenas de personas mueren al explotar la gasolinera en la que robaban en Goma

La vida recomenzó ayer en Goma, a pesar de la destrucción, de los temblores de tierra y de la explosión de una gasolinera, que ha provocado entre 60 y 100 muertos, mientras que el volcán Nyiragongo entró de nuevo en erupción, sin amenazar esta vez la ciudad congoleña. La nueva erupción comenzó en la noche del domingo al lunes, según indicó el ministro ruandés del Interior, Jean de Dieu Ntihurunga. 'La lava fluye desde el cráter sobre el flanco norte del volcán', donde se encuentra el parque nacional de Virunga, que alberga a los últimos gorilas de montaña del planeta, agregó el ministro.

Un equipo de vulcanólogos sobrevoló por la tarde el cráter para evaluar la situación. Durante la noche, numerosos temblores pudieron sentirse en Goma, así como en varias ciudades ruandesas. En Goma, donde la primera erupción del jueves provocó unos 40 muertos, el río de lava que atraviesa la ciudad sigue humeando en algunos puntos; pero los habitantes, que han regresado en masa, lo cruzan a pie.

Una prueba de los peligros que sigue representando la erupción fue el hecho de que una gasolinera del centro de la ciudad explotase ayer por la mañana, mientras varias personas se dedicaban al pillaje. Entre 60 y 100 personas murieron en la explosión, más que las víctimas provocadas por la erupción. Una espesa columna de humo negro se elevó desde el lugar de la explosión durante todo el día. 'Todos murieron. Nadie pudo escapar', relató Kahokolo Kambale, un testigo de la explosión, que se produjo cuando varias de personas salían con bidones llenos de combustible de la gasolinera.

Los cientos de miles de habitantes de Goma, que huyeron a la vecina localidad de Gisenyi, en Ruanda, han vuelto a sus casas, a pesar de que la situación es todavía muy incierta. Numerosos vehículos, de particulares y de ONG, circulan en el este de Goma. Un gran bulldozer intentaba romper la lava para reabrir la carretera que une el este y el oeste de la ciudad. El sur todavía estaba desierto, a causa de las emanaciones de gas.

Unas pocas tiendas habían abierto sus puertas y los vendedores ambulantes mostraban en el borde de las carreteras plátanos, harina, verduras o carne.

En los pozos que todavía tenían agua se formaban larguísimas colas. La falta de agua potable sigue siendo, según el Comité Internacional de la Cruz Roja el principal problema que se sufren en Goma. Ayer, ni la ONU ni las autoridades de la República Democrática del Congo habían organizado distribución de alimentos.