El papel de las regiones enfrenta a los partidos con el Gobierno

El papel de las regiones en el debate sobre la construcción europea es la principal fuente de desacuerdo entre los partidos políticos españoles y el Gobierno, en torno a una agenda del semestre europeo que, por lo demás, suscita un consenso mayoritario en el Parlamento. Sólo IU se ha manifestado meridianamente en contra del proyecto gubernamental, al que el PSOE otorga un apoyo pleno, aunque oponga algunas objeciones de forma.

La práctica totalidad de las formaciones parlamentarias coinciden, en cambio, con IU a la hora de pedir mayor presencia de las regiones en la construcción europea e incluso la apertura del debate sobre qué poderes corresponden al Gobierno central y cuáles a las comunidades autónomas. Los países más federalistas, como Alemania o Bélgica, lanzaron la Conferencia Intergubernamental para la reforma de las instituciones europeas, programada para 2004, como un medio de introducir ese debate en la UE. Otros países, entre los que España destacó por su militancia, se vieron obligados en aras del consenso a aceptar la idea hace un año, durante la cumbre de Niza. No obstante, logaron el compromiso expreso de que el debate quedaría limitado a la Unión y los Gobiernos, quedando la distribución de competencias entre éstos y sus regiones como un asunto estrictamente interno de cada Estado. El Gobierno español se ve en la necesidad de recordar a cada paso aquel acuerdo, que le enfrenta con sus aliados de CiU, porque la sugerencia de una discusión ampliada a las regiones reaparece como el Guadiana en la vida comunitaria. Recientemente lo hizo en la Declaración de Laeken, que el Gobierno español aceptó a regañadientes.

El PSOE no llega tan lejos en este tema como los demás partidos no gubernamentales. Difiere del Gobierno porque es favorable a convertir el Senado en una Cámara de las autonomías y porque apoya la presencia de representantes autonómicos en los consejos de la UE, pero no apoya hasta aquí abrir ningún debate sobre el reparto de competencias. Los socialistas critican al Ejecutivo porque, afirman, no ha consensuado a fondo la agenda de la presidencia.