Un obrero y un intelectual dialogan con textos de Brecht

Un obrero y un profesor de física coinciden en una estación de tren de Helsinki, empiezan a charlar para entretenerse durante la espera y, a los pocos minutos, se dan cuenta de que tienen muchas cosas en común, pese a sus diferencias de clase. Para empezar, los dos huyen del nazismo.

Bertold Brecht quiso hacer inmortales a tipos como el proletario Kalle y el intelectual Ziffel y escribió Diálogos de fugitivos, cuyo texto ha adaptado para la sala Galileo Teatro el director Manuel Canseco. No es la primera vez que Canseco ofrece a los espectadores madrileños este cóctel brechtiano de teatro, música y cabaret. Montó Diálogos de fugitivos en el teatro Maravillas, en 1994, y consiguió un éxito 'sorprendente'. 'Durante los ensayos, hasta la mujer de la limpieza se sentó a ver la obra', recuerda Canseco. 'Le pregunté si no le gustaba más otro texto que representábamos entonces, cercano a las telenovelas, y dijo que no, que viendo éste se le incendiaba el pelo, porque se daba cuenta de que en 60 años no había cambiado nada', añade. Por eso, Canseco ha decidido recuperar 'la visión sarcástica del mundo que tenía Brecht' para la nueva etapa de la sala Galileo, de cuya gestión se ocupa.

De partida, pretende que Galileo Teatro acoja las propuestas escénicas 'más arriesgadas', las que no encuentran un sitio en los circuitos alternativos ni en los comerciales. Y en Diálogos de fugitivos lo que no escasea, precisamente, es la audacia. 'Hoy, cuando casi da lo mismo lo que se diga porque nadie escucha, Canseco ha elegido este texto en el que se desarrollan ideas complejas; es un gesto de militancia cívica', elogia el actor Juan Carlos Talavera, que oficia de obrero. Francisco Hernández se coloca en la piel del profesor de Física y completa el triángulo Miguel Tubía, como el pianista que interpreta doce canciones de Kurt Weill.

Diálogo de fugitivos. Galileo Teatro. Galileo, 39. Hasta el 6 de enero. Horarios, en cartelera.