Una mujer kurda y sus cuatro hijos llevan ocho días en Barajas esperando que Interior les conceda asilo

Fadime Kemres, una mujer kurda perseguida en su país, y sus cuatro hijos -de tres, seis, nueve y 14 años- permanecen en la sala 3 del aeropuerto de Barajas desde el pasado día 8, a la espera de que el Ministerio del Interior decida sobre su petición de asilo político, según informó ayer el Comité de Solidaridad con Oriente Próximo (CSOP). La Oficina de Asilo y Refugio del ministerio ya desestimó hace días esa petición, y ordenó la expulsión inmediata de Fadime y sus hijos, pero el abogado de oficio de la mujer ha pedido la suspensión cautelar de esa medida en un recurso que se verá hoy en la Audiencia Nacional.

Fadime, natural de Inali, un pueblo del Kurdistán turco, tuvo que abandonar su hogar hace siete años cuando, según fuentes del CSOP, el Ejército turco quemó su pueblo. La mujer emigró entonces con sus hijos a Barto, población turca en cuyos suburbios habitan multitud de kurdos. El pasado diciembre, el Ayuntamiento de esa ciudad decidió derribar las casas de madera de estas familias. Al mismo tiempo, el hijo mayor de Fadime, que había participado en una manifestación del partido nacionalista kurdo Hadep, fue detenido por la policía y torturado, lo cual hace temer, según el CSOP, que 'si la familia regresase a Turquía sufriría represalias'. El marido de Fadime lleva diez años viviendo en Francia, pero se trasladó a Madrid nada más saber que su esposa había conseguido entrar, con un pasaporte falso adquirido en Estambul, en el aeropuerto de Barajas.

'Gracias al mafioso que les dio el pasaporte están aquí', comentaron desde el Comité de Solidaridad con Oriente Próximo, 'pero si mañana [por hoy] la Audiencia no suspende cautelarmente la expulsión, Fadime y sus hijos tendrán que volver a Turquía'.