Freno y marcha atrás

Estados Unidos se enfrenta a fuertes reducciones de producción y de plantillas en el automóvil. El primer mercado del mundo se une así a la pesadilla que los europeos habían comenzado a sufrir este verano. La difusión de espléndidas cifras de ventas en fechas recientes hace aún más amargo el cambio de tendencia para los fabricantes.

El enfriamiento de la economía de Estados Unidos, que para algunos analistas tiene ya el carácter de recesión, supondrá una reducción importante en las ventas de vehículos, que el año pasado superaron los 17,4 millones de unidades. Un ejercicio en el que el récord de matriculaciones ha estado acompañado por la pérdida de cuota de mercado de los tres grandes de Detroit: General Motors, Ford y Chrysler.

Asiáticos y europeos han conseguido desplazar a estos gigantes, además, en segmentos como los pick up, todoterrenos y monovolúmenes, en los que los fabricantes nacionales disfrutan de un mayor margen comercial. Las primeras jornadas del Salón del Automóvil de Detroit han concentrado un rosario de declaraciones poco optimistas de los principales responsables de estas firmas. Aunque los tres grandes han anunciado ya importantes reducciones de plantilla, algunos analistas señalan que lo más duro está por venir. Otros, sin embargo, vuelcan sus esperanzas en la actitud demostrada por la Reserva Federal con la última reducción de los tipos de interés y esperan recuperar en el segundo semestre la confianza de unos consumidores, muchos de los cuales han recibido importantes varapalos en sus inversiones bursátiles.

En Europa, la reducción del precio del crudo y las previsibles bajadas de tipos de interés han suavizado los negros presagios de hace unos meses, aunque a lo sumo se prevé repetir los resultados del año pasado. El mercado español, por su parte, está cada vez más integrado en el entorno europeo y ha sufrido similares caídas de ventas en 2000: el 1,8% frente a un descenso del 1,7% en Europa.