THE ECONOMIST Serbia vota

Excepto algún extraordinario contratiempo, las elecciones del 23 de diciembre en Serbia deberían representar otro hito en uno de los acontecimientos más felices del año en la escena internacional, la caída de Slobodan Milosevic. El Partido Socialista de Milosevic, una máquina de poder y dinero, sufrirá un descalabro, aunque siga creando problemas. Casi con toda seguridad, la amplia coalición de partidos anti-Milosevic conseguirá el control de las principales instituciones en Serbia. (...)De todas formas, quienquiera que se haga con los mandos en Belgrado debe tener presente que gran parte del poder está, en la práctica, en manos de delincuentes de una u otra calaña. Un cambio de guardia (...) no cambiará la situación automáticamente. Además, como cualquiera que haya estudiado la intrincada política de la posguerra en Bosnia puede testificar, los señores de la guerra pueden todavía ejercer su maligna influencia entre bambalinas, aunque su libertad de movimientos esté restringida por el miedo a ser juzgados dentro o fuera de su país. (...)

¿Qué pueden hacer los nuevos líderes serbios respecto a este problema? Aunque su tarea es inmensa, tienen la gran oportunidad de liderar la demanda popular de un gobierno limpio y decente. (...) Cualesquiera que sean los resultados de las elecciones, la coalición anti-Milosevic debe evitar que sus rivalidades la disgregue hasta que el viejo aparato político sea destruido y se ponga en marcha la construcción de un sistema democrático y una economía de mercado. (...)

Londres, 22 de diciembre